Autor: Manuel Enrique Noria Rodríguez
Ecuyer
Lima – Perú 2019
1. INTRODUCCIÓN.
¿Es posible aplicar diversas técnicas utilizadas por la Doma Clásica, en el adiestramiento del Caballo Peruano de Paso?
Es una pregunta que me hago y que también la he conversada con uno o dos amigos como máximo, que actualmente disfrutan montando ejemplares equinos de nuestra raza nacional, el Caballo Peruano de Paso.
Y no trato sobre este tema con otras personas también ligadas con el mundo de la crianza, entrenamiento y presentación de nuestro “Embajador Silencioso”; en razón que todo el trabajo que he podido apreciar se basa en la trasmisión oral de técnicas que, al no estar en negro y blanco sufren deformaciones propias del “teléfono malogrado”.
Mi experiencia de cincuenta años montando caballos de trote y mi edad que ya alcanzó las siete décadas, me llevaron a expresarme anecdóticamente en alguna oportunidad, “cuando ya no esté en condiciones de seguir montando caballos de trote lo haré con caballos peruanos de paso”. Esta expresión se debió a la percepción de las características particulares de esta noble raza, a su buen carácter y nobleza, pero sobre todo por ser el equino con el andar más suave del mundo. Si bien todavía no se ha presentado esta situación, la oportunidad de realizar este experimento no la dejaré pasar, por lo que me encomendado a la protección de San Jorge, Patrono de la Caballería mundial.
Durante la redacción del presente trabajo aplicativo, utilizaré términos propios de la Doma Clásica, pero al lado entre paréntesis colocaré el término que es utilizado por aquellas personas involucradas con nuestro caballo nacional, de tal forma de establecer el sinónimo que facilitará el mejor entender del lector.
En el desarrollo del presente ensayo trataré temas que van desde el amansamiento del caballo para lograr su mansedumbre de abajo (trabajo no montado) como de arriba (trabajo montado), trabajo a la cuerda sea este con riendas cortas o riendas largas (tornear), lograr el mejor embridado (enfrenadura), el ensillado, la posterior monta, trabajos en el picadero y en el exterior.
Si bien este documento constituye la parte teórica que posibilitará al lector captar conocimientos, la parte práctica que nos permitirá lograr habilidades y destrezas la presento mediante fotografías y vídeos; producto del trabajo de un potro CPP de tres años y medio de edad de nombre “GRINGO II” que no ha tenido ningún entrenamiento tradicional.
Pretendo con este trabajo, demostrar que nuestro caballo peruano de paso mejoraría en su desempeño; si durante su adiestramiento se utilizan técnicas de Doma Clásica.
2. DESARROLLO.
a. La Doma del potro.
(1) El objeto del presente Ensayo, es dar a los chalanes, los métodos y procedimientos necesarios para la Doma de caballos nuevos, es decir conseguir que por su puesta en condición y flexibilización estén aptos para ingresar al adiestramiento.
(2) La finalidad de este Ensayo es lograr que un caballo joven, pueda ser sometido a un riguroso adiestramiento a fin de obtener de él un gran rendimiento, para lo cual es necesario que adquiera un cierto desarrollo anatómico y funcional y que haya sido sometido a un trabajo inicial racional, de flexibilidad y obediencia al hombre, para:
(a) Aceptar el peso del jinete y familiarizarse con él.
(b) Estar en condiciones, es decir, tener músculos, tendones y aliento que le permitan soportar las fatigas a que será sometido posteriormente.
(c) Modelar su carácter, haciéndole dócil y accesible a los pedidos del jinete.
(d) Conocer las ayudas elementales, que le permitan obedecer y transportar al jinete en todos sus pasos, trabajando en una sola pista. Estas condiciones constituyen la finalidad que persigue la doma en el caballo joven.
El tiempo de duración de la doma no se puede precisar exactamente, sino de manera aproximada. Si tenemos en cuenta la finalidad de la doma, veremos que el segundo punto expuesto más arriba no solo depende de la acción del jinete, sino también del desarrollo natural del potrillo; luego podremos decir que un caballo no termina su Doma antes de los 4 años, en que, por su desarrollo natural, aumentado con el trabajo progresivo y metódico, está en condiciones físicas para resistir las fatigas del adiestramiento.
A los 4 años, la consistencia del caballo, calcificación y crecimiento, casi ha terminado; sus músculos y tendones pueden haberse fortalecido para recibir un primer adiestramiento.
Después de haber expuesto estas ideas se puede decir que la doma finaliza cuando el caballo joven ha completado su desarrollo anatómico y funcional, cuando tiene conocimiento de las ayudas elementales, puede ejecutar todos los trabajos sobre la recta, tiene su carácter modelado y está en condición. En resumen, cuando se ha obtenido un caballo recto, franco y hacia adelante.
(3) Durante la doma se debe tener en cuenta los siguientes cuidados:
(a) La higiene tiene un rol muy importante en el periodo de la doma. La limpieza tanto del animal como de los boxes y caballerizas, debe observarse estrictamente para la conservación de su perfecta salud.
Todo caballo nuevo, según estudios realizados en un 93% se encuentran parasitados, por lo que es preciso administrarles medicamentos para eliminar dichos parásitos.
El rol del veterinario es de suma importancia, porque establece los primeros contactos con el caballo joven mediante las curaciones que tendrá que practicar, ya que es el llamado a velar por la salud y conservación del ganado; coordina con el chalán el trabajo al cual serán sometidos de acuerdo con el desarrollo orgánico de cada uno.
Los potrillos en los criaderos viven juntos en corrales, por lo que su limpieza no es tan frecuente.
Aquí observamos a “Gringo” que al haber iniciado su trabajo de doma viene recibiendo limpieza diaria, caricias, atención veterinaria personalizada y cuidado de sus cascos.
(b) La alimentación demandará especial cuidado, pues el caballo joven que comienza a trabajar está en pleno desarrollo; por consiguiente, es conveniente suministrar alimentos ricos en proteínas e hidratos de carbono (avena, cebada, algarrobo, zanahoria, maíz, etc.).
GRINGO II comienza a familiarizarse con otros caballos y con su cabezón de pesebre a permanecer amarrado.
(c) Cuidados especiales. Como todos estos potros mientras están en los criaderos, yeguadas, haras o remontas; permanecen generalmente sueltos en los potreros, es preciso acostumbrarlos a las nuevas condiciones de vida, como la de permanecer en boxes o amarrados en el corrido. Al principio un caballo se sentirá fastidiado, pero a medida que pasa el tiempo se hará al nuevo ambiente.
Por falta de costumbre de permanecer amarrados en el corrido, resultan con heridas originadas por mordeduras u otros golpes; es indispensable aislar a los caballos intranquilos para prevenirles de cualquier accidente.
Si el adiestramiento de estos caballos no va a comenzar de inmediato, es conveniente que salgan a pasear cuando menos una hora al día, evitando así tachaduras en los miembros, por permanecer todo el día inactivo. El despalme y herrado debe ser vigilado continuamente, ya que en el caballo joven los cascos pueden sufrir modificaciones variando por consiguiente la dirección de los aplomos.
Los cascos de GRINGO II han sido despalmados y aplomados para asegurar la salud de sus tendones durante el trabajo, además han sido untados con una grasa especial para su lubricación y desinfección.
b. Trabajo no montado.
(1) Embocadura del potro (enfrenadura).
(a) Generalidades.
Se llama embocadura a la manera de colocar el bocado en la boca del caballo. Es imposible decidir a simple vista, con que bocado y de qué manera conviene embridar a un caballo nuevo.
Acerca del filete nada nuevo tenemos que decir salvo que, de preferencia, se debe usar uno de cañones gruesos por ser más suaves. Después de unos días de trabajo con el caballo joven se le debe adaptar el filete que más le convenga, pudiendo ser este grueso o mediano. La elección de bocado tiene una gran importancia. Solo la experiencia y el tanteo, permitirán al jinete (chalán) encontrar el filete o bocado más apropiado para cada caballo nuevo.
En el entrenamiento clásico del Caballo Peruano de Paso, se utiliza para hacer boca un tipo de fierro llamado “Bocado Mocho”.
(b) Gamarras.
Son implementos que se usan con el objeto de impedir que el caballo se despape y dé cabezazos; al mismo tiempo permite al jinete (chalán) controlar mejor las acciones del caballo que monta. Una buena doma hace inútil el empleo de las gamarras. Su uso puede recomendarse en muy contados casos, sobre todo cuando sea necesario corregir algunos defectos, como el batir de la mano y el despapar.
Existe una gran diversidad de este tipo de riendas auxiliares, pero su utilización demandará de mucha experiencia por quien la usa, ya que el remedio podría resultar peor que la enfermedad.
(c) Ensillar y embridar.
Las primeras lecciones de ensillado y embridado de un caballo nuevo, se hace aprovechando del trabajo a la cuerda. Este trabajo requiere especial cuidado a su iniciación, de lo contrario los potrillos pueden adquirir mañas y defectos. Al principio estas lecciones se llevarán a cabo en el picadero circular y valiéndose de un ayudante que tratará de distraer la atención del caballo acariciándolo y premiándolo con pasto o zanahorias.
El bridón debe ser colocado teniendo cuidado de no asustar al animal; este ejercicio deberá repetirse varias veces durante las sesiones, hasta conseguir que el potrillo acepte el bridón sin alterarse. Al ensillar por primera vez el fieltro y la silla se colocan en el dorso con toda suavidad; la cincha debe ajustarse poco a poco para no provocar las reacciones y defensas que son muy comunes en casi todos los caballos nuevos. La silla no debe colocarse ni muy adelante ni muy atrás; el jinete deberá tener especial atención en la adaptación de la montura sobre el lomo del animal. Durante las primeras sesiones, es recomendable quitar los estribos o en su defecto dejarlos suspendidos y amarrados con las aciones, para que no molesten al caballo, los que deben ser soltados una vez que el animal soporte la montura con toda tranquilidad. Aparte de estas prescripciones, el jinete puede valerse de todo su ingenio para conseguir ensillar un caballo que se muestre reacio, sea por su mal carácter o por temor. Pero este ingenio debe orientarse a buscar los buenos procedimientos, sin hacer uso de la fuerza. A continuación, tenemos algunos consejos sobre el uso correcto de algunos elementos de la equitación aplicado a la doma:
i. La Silla. Para los trabajos de doma, es preferible utilizar una montura usada, así el jinete se sentirá cómodo. La silla debe ser casi recta. Si el borrén delantero es muy alto, el jinete será llevado hacia atrás y, por el contrario, si el borrén posterior es muy alto el jinete será echado hacia adelante. Los faldones deben ser más o menos largos, según la longitud de los muslos del jinete. Si los faldones son muy cortos el jinete puede lastimarse a menudo, y si son muy largos no podrá sentir los flancos del caballo con sus pantorrillas. La silla no deberá tener rellenos en la medida de lo posible, a fin de que el jinete logre mayor contacto con los flancos del caballo, pero el jinete podrá a su elección hacer uso de una silla rellena o lisa; es cuestión de cuestión de costumbre y solidez.
ii. La Fusta. Se utiliza en el trabajo a pie para enseñarle al caballo a ir hacia adelante, hacia atrás y a ceder a las piernas. En el trabajo montado, durante las primeras lecciones la fusta es una gran ayuda para garantizar la obediencia del caballo, pero el jinete debe tener mucha experiencia en el empleo, mucho tacto para determinar el momento que se le debe usar y este será solo como indicación. En manos inexpertas, la fusta es un arma de doble filo.
iii. Las Espuelas. No deben ser empleadas en la doma, ya que en la mayoría de los casos el caballo nuevo se defiende por naturaleza. A medida que el trabajo avanza, la naturaleza o carácter del caballo pueden obligar el uso de la espuela, y en tal caso su empleo deberá ser muy medido y oportuno a fin de aligerar al caballo y avivarlo, sin producir por este dolor ni molestias en el animal que lo volverá recio y contraído, dificultando su adiestramiento ulterior.
(2) Flexiones.
(a) Flexión Directa. Su objeto.
i. Equilibrar, al caballo por medio de la elevación del cuello, para acercar la cabeza a la base de sustentación. Equilibrar a un caballo, es repartir por igual peso, tanto en el tercio anterior como en el posterior. El cuello elevado y los corvejones bajo la masa, empujan a los anteriores y les dan ligereza.
Es muy raro que los caballos sean por sí solos, bien equilibrados. En razón de su configuración, todos los caballos tienen tendencia a estar cargados sobre las espaldas. La causa de ello está en la gran distancia que hay desde la cabeza a la base de sustentación. Cuanto más alejada esté la cabeza del centro de gravedad, tanto más baja se encuentra por consiguiente las espaldas se hallan más cargadas.
La elevación del cuello, acercando la cabeza al centro de gravedad, da por resultado repartir el peso con más igualdad. Cuando el caballo lleva todo el peso de su cuerpo sobre el tren posterior, se dice que es un caballo aculado. El aculamiento es la mala repartición voluntaria que el caballo hace de su peso. Hay dos clases de aculamiento y son:
- Cuando los posteriores están por detrás de la línea vertical del aplomo normal.
- Cuando los posteriores están metidos muy debajo de la masa.
En el primer caso, el caballo está apuntalado y en el segundo, la grupa se encuentra muy baja.
En ambos casos de aculamiento, se debe combatir el defecto. De no combatirlo o corregirlo, se torna peligroso, porque facilita al caballo hacer la empinada y voltearse para atrás.
El remedio para estos dos casos de aculamiento es:
Levantar el cuello.
Flexionar las mandíbulas.
Actuar con manos suaves.
Impulsar con las piernas lo más enérgicamente posible, para cambiar el equilibrio del animal, echándolo sobre la mano.
El caballo que está aculado, es el que se encuentra detrás de las piernas.
ii. Asegurar el cuello, en el centro del cuerpo, uniendo a las espaldas la cabeza vuelta ligeramente por medio de la flexión.
La cabeza sin flexionar es pesada en la extremidad del cuello, el cual ha llegado a ser movible. La cabeza que es flexible se mueve por el contrario, con ligereza sobre el cuello elevado; asegurada sin rigidez en el eje del cuerpo, por sólo efecto de las palancas cabeza, cuello y espaldas; unidas en el eje del cuerpo bien equilibrado y haciendo un todo flexible y homogéneo, he aquí el efecto de la flexión.
iii. Obtener la ligereza, por la descontracción o flexión de la mandíbula inferior. Una vez bien equilibrado el cuerpo y unido en todas sus partes, la flexión de la mandíbula permite regular en conjunto con una extrema ligereza, todos los movimientos de atrás hacia adelante y de adelante hacia atrás; recibiendo sobre la mano la impulsión de la masa que las piernas del jinete echan sobre el filete y que la mano envía a su vez por parte de las piernas.
La flexibilidad de adelante hacia atrás del brazo de palanca acodado y articulado, constituido por el cuello, la cabeza y la mandíbula, ya progresivamente aumentando de atrás hacia adelante; es decir, de las espaldas al cuello, del cuello a la cabeza y de esta a la mandíbula. En otros términos, se tiene cogida la caña de pescar por el extremo grueso.
De este modo, toda la fuerza desarrollada por el caballo llega a tocar en la mano del jinete, cuyo menor esfuerzo sobre las barras de la boca del animal hace flexionar:
- La mandíbula tanto más fácilmente, cuanto mayor es la impulsión.
- Por medio de la mandíbula la cabeza.
- Por medio de la cabeza, el cuello, el cual en razón de su posición vuelve a actuar con su máximo de fuerzas sobre las espaldas.
La expresión más exacta, empleada para definir la situación recíproca del jinete y del caballo es: Tiene verdaderamente su caballo en la mano.
Es preciso observar con respecto a esto, que la posición de la cabeza del animal, favorece singularmente la acción de las riendas. En efecto, el bocado que no obraría más que como un segundo filete si la cabeza estuviera baja se apoya francamente sobre las barras de la boca y desarrolla todo su poder desde que la cabeza se levanta, con la condición muchas veces, de que la cabeza esté mantenida un poco más allá de la vertical.
Desde que el eje de la cabeza llega más acá de la vertical, la acción del bocado está falseada, puesto que actúa entonces de abajo hacia arriba. Empieza por lo tanto el encapotamiento del caballo.
(b) Modo de efectuar la Flexión Directa.
Estando el caballo con brida de adiestramiento (cuatro riendas) y colocado en uno de los lados del picadero a mano izquierda, por ejemplo, el jinete (chalán) se coloca a la altura de la cabeza, toma con la mano derecha las riendas de bocado a unos 10 centímetros de la boca y con la mano izquierda las riendas de filete a unos 20 centímetros delante de la boca del caballo.
El filete actúa hacia adelante y arriba, para levantar la cabeza y el cuello; el bocado hacia atrás para hacer flexionar la mandíbula.
La flexión se debe hacer en el sentido del eje mayor del caballo y en movimiento hacia adelante.
Si el animal cede ligeramente, se le acaricia y recompensa, si por el contrario, el animal no cede a la presión del bocado, se aumenta poco a poco la intensidad de éste. Este ejercicio debe ser hecho con excesiva ligereza de manos. Esta ligereza es la parte más delicada del trabajo.
La posición que toma el caballo como resultado de la flexión es la siguiente:
- El cuello alto.
- El extremo de la nariz debe caer a la altura del nacimiento de la espalda.
- El eje de la cabeza debe estar próximo a la vertical, un poco más allá.
- La boca abierta y el bocado libre.
Las riendas también pueden tomarse con una sola mano, aun en el trabajo montado; pero siguiendo el principio de que las riendas de filete quedan por encima de las del bocado.
(c) Flexión lateral. Su objeto.
i. Conservar por la elevación del cuello, el equilibrio de la flexión directa en los cambios de dirección.
ii. Asegurar y unir todo el tercio posterior del caballo en los cambios de dirección, disponiendo todas las partes, de modo que se haga un conjunto compacto y a la vez flexible, tan correcto en los movimientos giratorios como en los de la línea recta.
En los cambios de dirección, son naturalmente las espaldas del caballo las que empiezan el movimiento, mientras que el tercio posterior da la impulsión, pero el jinete está sin acción directa sobre las espaldas del animal. No actúa más que sobre la boca, por esta sobre el cuello y por éste sobre las espaldas. La flexión lateral uniendo entre sí todas las partes del animal, las pone en una dependencia recíproca, que permite al jinete actuar conjuntamente sobre el tercio anterior.
La acción de las riendas, en vez de dirigir la masa, se limita entonces a cambiar la cabeza hacia el tercio anterior, el cual permanece tanto más sólidamente fijo en el cuello, cuanto más esté el caballo sobre sus espaldas. Se conserva por la flexión de la mandíbula, la ligereza en los cambios de dirección.
En todos los movimientos, es la impulsión la que hace del caballo “Un solo todo”; es el tercio posterior el que, internándose sobre su masa, se une de nuevo con el tercio anterior. Si toda esta impulsión llega a terminar en las barras de la mandíbula doblada y flexible, unida a todo el tercio anterior de manera que la flexibilidad del brazo de palanca vaya siempre creciendo de las espaldas a la mandíbula, las manos del jinete enviarán de nuevo con una extremada ligereza, parte de la impulsión hacia atrás, esto tanto en los cambios de dirección, como en los movimientos en línea recta.
Así se hará de toda la masa del caballo un conjunto a la vez enérgico y armonioso, por el buen equilibrio de las palancas y por su utilización bien regulada en los cambios de dirección.
(d) Modo de efectuar la Flexión Lateral.
Estando el potrillo con brida de adiestramiento (cuatro riendas), para hacer la flexión lateral a la derecha por ejemplo, el jinete (chalán) se coloca a la altura de la espalda izquierda del animal, coge las riendas de filete con la mano izquierda y las de bocado con la mano derecha, en la misma forma que para la flexión directa. Se coloca la cabeza y cuello del caballo en la misma posición que en la flexión directa.
El jinete pide al caballo la flexión directa, una vez que este cede, con la mano izquierda empuja la cabeza del caballo hacia la derecha y con la rienda de bocado actúa de adelante hacia atrás.
Con este movimiento se le enseña al caballo a que obedezca a dos acciones simultáneas que son:
Rienda de filete y rienda de bocado.
Al principio es preciso contentarse con el bosquejo del movimiento. Con tal que el caballo vuelva muy poco la cabeza a la derecha, abriendo la mandíbula, no se le puede exigir más. Es necesario empezar de nuevo este trabajo y tratar de progresar insistiendo cada vez un poco más en estos ejercicios de flexibilidad. Se acabará seguramente por obtener la flexión directa no empleando nunca la fuerza y contentándose con un pequeño progreso en cada lección. Se necesita por consiguiente mucha paciencia y no emplear la brusquedad; de otro modo, lejos de llegar muy pronto al resultado apetecido, se obtendrá un resultado diametralmente opuesto.
La flexión lateral puede ser de dos clases:
i. Correcta, cuando la posición que toma el animal en esta flexión es:
- Cuello alto.
- La cabeza en la vertical o un poco más adelante.
- El pico del caballo debe encontrarse a la altura del nacimiento de la espalda y mirando al animal del lado derecho, le veríamos la frente.
ii. Viciosa, cuando la flexión del animal se encuentra con:
- El cuello bajo.
- La cabeza atrás de la vertical.
- El pico muy bajo, el caballo hace la presentación de su cabeza de costado, viéndosele la parte lateral izquierda de la cabeza.
(3) Trabajo a la cuerda.
(a) Consideraciones básicas.
El trabajo a la cuerda es muy sencillo y de gran importancia, siempre y cuando esté bien empleado.
Es la primera enseñanza para él potro joven, antes de iniciar el trabajo montado.
A medida que progresa el entrenamiento, ambos trabajos deben marchar paralelamente.
El trabajo a la cuerda habrá llenado su objetivo cuando, el caballo se suelta y marcha recto en el círculo, dando batidas uniformes.
Este trabajo se debe efectuar sin ayudantes y las primeras lecciones, no durarán más de 20 minutos.
En el trabajo a la cuerda, el jinete (chalán) pondrá especial atención en observar y reconocer exactamente los defectos físicos y morales del caballo, así como las buenas y malas cualidades heredadas; según esto tratará de corregir tales defectos y en general se dedicará a desarrollar toda la musculatura del animal.
El trabajo a la cuerda es el medio auxiliar para acostumbrar al caballo primero al peso de la montura y luego al del jinete (chalán). En el adiestramiento posterior se empleará cuando haya necesidad de corregir irregularidades en los aires, a causa de un erróneo trabajo con jinete montado o por enfermedad.
El trabajo a la cuerda es por lo tanto apropiado especialmente para aquellos caballos que marchan con cuello de ciervo y lomo hundido; también tratándose de caballos de lomo corto y rígido, que se encogen bajo el peso del jinete. Finalmente, se hará trabajar a la cuerda a los caballos que han estado enfermos y también a los que, por tener heridas en el dorso, no puedan soportar el peso del jinete.
(b) Finalidad.
La finalidad que persigue el trabajo a la cuerda es:
- Lograr caballos dóciles, tranquilos e inmóviles al montarlos.
- Obtener caballos de aires desenvueltos y con ritmo.
- Equilibrar al caballo.
- Mantener y mejorar la impulsión.
- Plegar el cuerpo del caballo.
- Obtener la posición del cuello y la cabeza.
- Reunir un caballo.
(c) Disposiciones para el trabajo a la cuerda.
i. El Entrenador (chalán).
Para un buen trabajo a la cuerda es preciso que:
- El que lo realiza sepa ejecutar el trabajo.
- Pueda manejar las cuerdas y la fusta simultáneamente. Sólo así se obtendrá la concordancia entre ayudas impulsoras y retenedoras.
- Las cuerdas, ejercen la misma influencia que las riendas, por consiguiente, siempre debe existir contacto entre la cuerda exterior y la boca del potro.
- Durante el trabajo en círculo; el jinete (chalán) buscará que el potrillo gire a su alrededor.
ii. Material de trabajo.
Para ejecutar el trabajo a la cuerda, es preciso contar con las siguientes herramientas:
- Una cerreta recubierta con cuero.
- Un bridón sin muserola y sin riendas.
- Dos cuerdas de 8 metros de longitud cada una
- Un mandil pequeño.
- Un cinchón para tornear.
- Dos riendas de atar.
- Una fusta de tornear con la tralla lo suficientemente larga como para tocar al potro.
iii. Modo de poner la cerreta, el bridón y las riendas de atar.
Para colocar la cerreta, hay que tener en cuenta que el armazón quede correctamente colocado sobre el hueso de la nariz; de lo contrario, colocado sobre el cartílago puede originar una fractura de éste; por una acción muy fuerte de la mano del jinete o por la resistencia de parte del potrillo.
La cerreta dispone de un ahogador, que actuando sobre las carrilleras obliga a éstas a permanecer en su sitio, evitando así rozamientos y heridas en los ojos.
El bridón se colocará sobre la cerreta, ajustándose su ahogador. Las correas inferiores de la cerreta quedarán por debajo del filete actuando como un cierra boca.
Las riendas de atar se colocarán en las anillas más bajas del cinchón y su largo deberá permitir que la frente del potro esté más adelante de la vertical.
iv. Modo de tomar las cuerdas.
Suponiendo que el potrillo trabaja en el círculo a mano izquierda, el jinete (chalán) procederá de la siguiente manera:
- Con la mano derecha tomará la cuerda exterior y la fusta de tornear.
- Con la mano izquierda tomará la cuerda interior.
- Para trabajar a la otra mano, se invertirá el orden.
v. Manejo de la fusta.
En el trabajo a la cuerda, la fusta es la que da el impulso. Se toma por el extremo anterior, de modo que sobresalga de la mano por entre el dedo pulgar e índice, quedando la tralla apuntando hacia la grupa.
La fusta para actuar como ayuda impulsora, puede usarse de dos maneras:
- Actuando con un movimiento oscilatorio para que se origine un chasquido, que será el que actúe como ayuda impulsora.
- Para aumentar la acción de la fusta se tocará con la tralla encima de los corvejones.
Cuando el potrillo trate de cerrar el círculo, el jinete llevará la fusta en dirección de la espalda del mismo. La acción de la fusta debe estar de acuerdo con la sensibilidad del potro. Cuando se trata de desobediencia, estas acciones pueden cambiar de ayudas a castigos, a fin de conseguir el objetivo que se persigue.
El castigo inoportuno y demasiado duro, echa a perder un potro nuevo. Un castigo inoportuno o inadecuado induce al animal a presentar mayores desobediencias. Un fustazo enérgico y aplicado con oportunidad en el sitio debido, por regla general origina obediencia.
vi. Iniciación del trabajo.
Lo primero que se tratará de hacer comprender al potro, es la marcha en círculo al paso y luego, que sepa mantenerse en él.
Cuando él potrillo ofrezca resistencia a mantener en el círculo, es recomendable trabajar en un picadero circular hasta conseguir la obediencia.
Cuando se trata de potrillos que se arrancan viéndose sueltos y que no obedecen a las ayudas se deberá tener paciencia y trabajar en un picadero circular.
Si el potro se detiene o no rompe la marcha a la indicación del jinete, será necesario utilizar la fusta con mucho tino, hasta que el animal llegue a comprender perfectamente lo que se le pide.
El jinete (chalán) tratará de obtener la obediencia absoluta del potrillo desde un comienzo el trabajo, este debe ser alternado en ambas manos.
En otras sesiones se buscará que el potrillo inicie el sobreandado, el cual deberá ser desenvuelto y con ritmo, al igual que él paso (tranco). Se considera que el trabajo a la cuerda ha logrado su objetivo, cuando el caballo ha perdido el temor de la fusta; cuando marcha tranquilo a cualquier mano y cuando obedece a la voz.
Se debe conseguir por vibraciones de la cuerda interior, que el animal marche sin apoyarse en ella. Mediante medias paradas de la cuerda exterior se obtendrá un caballo recto en el círculo; lo cual se conseguirá cuando el mismo siga con los posteriores las huellas de los anteriores.
(d) Empleo del rincón.
El rincón del picadero es el mejor sitio para trabajar a la cuerda, pues él potro al verse encuadrado entre dos paredes y el entrenador (chalán); pondrá mayor atención a los movimientos que tendrá que efectuar. Es en este rincón donde el entrenador aprovecha para obligar al potrillo a meter sus posteriores impulsados por la fusta y por el chasquido de la lengua, en el momento en que adelante el posterior interior.
El potrillo sometido a la acción impulsora de la voz o de la fusta levantará con mayor energía sus posteriores y tratará de meterlo más bajo su masa, originando con esto que el animal ejecute tres o cuatro batidas mayores que las que ejecuta en el resto del círculo.
Con este trabajo el jinete logra el siguiente resultado:
- Enseña al potro a desplazar sus posteriores bajo su masa.
- Obliga al potro a marchar con ritmo.
- Obliga al potro aculado a llevar impulsión hacia adelante y a mantenerlo bien equilibrado.
- Por la acción ejercida contra el rincón está enseñado al potro a flexionar su columna vertebral, preparándolo así para algunos movimientos posteriores.
- Permite colocar la cabeza y el cuello, actuando con la cuerda interior.
- Enseña al potro a marchar recto en el círculo.
La acción de la voz es muy importante en el trabajo a la cuerda. Las indicaciones con la voz, dadas de una manera alargada y suave consiguen tranquilizar al potrillo.
El potro retiene muy bien en su memoria la entonación de la voz.
Los potrillos nerviosos o miedosos, se tranquilizan hablándoles. Los chasquidos de la lengua producen efectos de impulsión.
Cuando estas ayudas se emplean constantemente de un modo acertado y uniforme, los potros aprenden a cambiar de aire sin necesidad de otras ayudas.
(e) Trabajo con riendas cortas.
En el trabajo aproximado (a la mano) se utilizará la cerreta con dos riendas cortas (una de 1.50 metros y la otra de 2.50 metros), él bridón, cinchón con riendas de atar y una fusta de adiestramiento (de 1.20 metros).
El jinete (chalán) se coloca a la altura de la espalda izquierda del potro, con la mano izquierda toma la rienda más corta colocada en la anilla lateral izquierda de la cerreta. Con la mano derecha toma la rienda más larga y la fusta, en condiciones de ser empleadas sobre las costillas como si fuese la pierna. La rienda larga estará colocada en la anilla derecha de la cerreta.
Para poner en movimiento al caballo, el jinete dará algunos toques con la fusta un poco más atrás de la cincha; esto permite hacer comprender al potrillo el empleo de la pierna.
Se trabaja primero al paso (tranco) en el círculo y después en la línea recta. Cuando el potro comprenda bien este trabajo se podrá tomar el sobreandado.
En el lado largo del picadero se trabajará el ejercicio “La Pasada” primero al paso (tranco) y luego al sobreandado.
En este trabajo de debe enseñar al potro hacer alto y mantener inmovilidad mínima de 3 segundos.
También se enseñará el paso atrás (cejar), primero solo una batida, para luego ir incrementando los pasos atrás.
Tanto en el círculo como en la recta, se enseñará al potro joven a botar las ancas mediante las medias piruetas inversas. Posteriormente se enseñará el ceder a la pierna.
Si el jinete (chalán) tiene la habilidad necesaria enseñará al potro la espalda adentro, la grupa adentro y la grupa afuera; de tal forma de estar en condiciones de pedir el apoyo.
La doma se basa en dos principios que son: “acariciar y castigar a tiempo”. Cuando él potro opone resistencia, puede realizar estas cuatro defensas:
i. Botarse o grupear. Para corregir esta falta se levanta la mano, obligando al potrillo a mantener la cabeza alzada; de este modo se le recarga el peso sobre el tercio posterior; teniendo cuidado de no permanecer muy cerca de la espalda, a fin de evitar los manoteos del animal.
ii. Encabritarse. En este caso se tomará las riendas por el extremo, para así poder defenderse por la longitud de las mismas, más el largo del brazo.
Si el potrillo repite esta defensa, el jinete sin golpear la boca, hace peso hacia abajo; si el caballo quiere manotear, se le golpeará el miembro agresor con la fusta.
iii. Tirarse por un costado. Estando el potro colocado a la mano izquierda, con la pared del picadero a su derecha, éste tirará a la izquierda que es por donde tiene libertad. Para evitar esta falta, se hará uso de la rienda exterior mediante medias paradas. De ser necesario se utilizará la fusta para mantener recta la grupa.
Estas correcciones a la inversa, se utilizarán cuando se trata de trabajar a la mano derecha.
iv. Retroceder (cejar). Si el potrillo retrocede, se abandona el contacto de las riendas y el jinete se colocará más cerca de la grupa aplicando la fusta como ayuda impulsora.
De persistir la defensa, se puede recurrir a un ayudante que colocando una tercera cuerda en la anilla central de la cerreta; obligue al potro a salir adelante.
Como último recurso el ayudante colocándose detrás del potrillo a una distancia prudencial, lo obligará con una fusta a romper la marcha.
Nunca por ningún motivo, debe interrumpirse o terminar una lección cuando él potro ha cometido una defensa, siempre esta debe ser combatida y no permitir que regrese a la caballeriza triunfante.
(f) Trabajo con riendas largas.
Cuando estas son empleadas por un entrenador (chalán) hábil y experimentado, es un método muy útil y de rápidos progresos.
Se utiliza durante la Doma, simultáneamente con la cuerda de tornear para preparar a los potrillos para los trabajos “en la mano”.
La mayor ventaja de las riendas largas con respecto a la cuerda de tornear, es que dan al entrenador (chalán) la oportunidad de abandonar el círculo y continuar en línea recta cuando el potrillo tiene la tendencia a cerrar el círculo.
La presencia de la fusta detrás del potro, lo induce a marchar resueltamente sobre el filete. Es una manera práctica de mejorar la impulsión y obtener reunión.
En el círculo, la rienda exterior envuelve el tercio posterior y presionando en él, favorece la incurbación.
En teoría, la ventaja de las riendas largas sobre la cuerda de tornear, es la sustitución de las riendas fijas (de atar) por la mano del entrenador (chalán); con la posibilidad de ceder o resistir.
Las riendas largas ayudan a poner un potrillo en la mano (Mise en Main).
Su empleo requiere una gran prudencia del entrenador, para no caer en la posibilidad de hacer una boca dura y difícil.
i. Equipo de riendas largas.
Se utilizará la cerreta con dos riendas largas de 3.00 metros cada una, él bridón, cinchón con riendas de atar y una fusta de trabajo a pié de 1.80 metros.
El jinete (chalán) se coloca detrás de la grupa del potro o ligeramente a un costado de la misma, con la mano izquierda toma una rienda colocada en la anilla izquierda de la cerreta, con la mano derecha la rienda colocada en la anilla derecha de la cerreta más la fusta.
Para poner en movimiento al caballo, el jinete dará algunos toques con las riendas en los flancos del potro. Esto permite hacer comprender al potrillo el empleo de la pierna.
ii. El trabajo en riendas largas.
El principal objetivo de este trabajo es aumentar la actividad del tercio posterior a un ritmo que el entrenador (chalán) puede mantener constantemente.
Las riendas largas permiten corregir a los potros que tienen la tendencia a sacar la grupa.
Cuando el potrillo se mantiene en línea recta con riendas largas, la forma más usual de resistencia es tirarse adelante.
Tan pronto empiece a tirarse, el entrenador (chalán) lo meterá en un círculo y lo mantendrá hasta que esté suficientemente calmado, entonces volverá por una tangente a la línea recta.
Finalmente, el potrillo se moverá libremente hacia adelante en la dirección indicada por el entrenador (chalán). Es así que, para consolidar el trabajo al paso (tranco), se pase a un sobreandado para que el entrenador lo pueda seguir caminando sin tener que correr.
Una vez obtenido estos resultados, se le deberá trabajar al potrillo en transiciones ascendentes y descendentes; para conducirlo gradualmente al alto y a una partida al sobreandado inmediata.
iii. Trabajo en dos pistas.
Cuando el potrillo marcha con comodidad hacia adelante en línea recta, se debe comenzar a enseñarle a desplazarse en dos pistas. Este trabajo no es difícil, si previamente se ha realizado en el “trabajo en riendas cortas”.
Para realizar el ejercicio espalda izquierda adentro, con el potro andando recto hacia adelante a mano izquierda; el entrenador (chalán) se mueve a la izquierda y hacia adelante y aprieta los dedos de la rienda interior, mientras relaja el contacto de la rienda exterior. Cuando el potrillo desplaza su tercio delantero hacia la izquierda, el entrenador (chalán) cierra los dedos de la rienda exterior y presiona la rienda contra la nalga exterior. El caballo entonces desplaza su tercio delantero a la izquierda y el entrenador (chalán) debe ceder tan pronto aprecie que los posteriores están rectos en una pista exterior.
Nos debemos sentir satisfechos con una batida a cada lado, hasta que se ejecute fácil y correctamente, sin perder impulsión. A continuación, se puede pedir dos batidas, más adelante tres y así poco a poco.
c. Trabajo montado.
(1) Trabajo en el picadero.
(a) Lección de montar.
El jinete (chalán) determina según las circunstancias, el momento más oportuno para llevar a cabo la lección de montar; pudiendo realizarse esta durante el trabajo a la cuerda siempre y cuando el potrillo haya sido calmado por el ejercicio. Las primeras lecciones de montar a caballo deben hacerse en forma individual, y en ellas el jinete (chalán) debe poner la mayor dulzura y paciencia para obtener un potrillo dócil e inmóvil al montar.
Para montar a caballo, el jinete (chalán) se acerca sin demostrar temor y procede a acariciar comenzando por la cara, continúa por el cuello, los costados, la grupa, luego golpea sobre la silla, se para y aproxima los estribos a los flancos con cuidado. Una vez que el potrillo permanece tranquilo e inmóvil, el jinete introduce el pie en el estribo sin marcar tiempo de detención, monta sin precipitación, teniendo cuidado de no tocar la grupa con la pierna ni molestar con la punta de pie o talones los costados del animal. Si durante la acción de montar, el potrillo realiza algún desplazamiento, el jinete lo conduce al mismo lugar y vuelve a comenzar la lección procurando en lo posible que el potrillo no se mueva ni se vuelva a desplazar. En lo posible es necesario valerse de un ayudante provisto de pasto o zanahorias para distraer la atención del potrillo en el preciso momento que el jinete (chalán) va a montar.
La lección de montar, debe repetirse muchas veces durante cada sesión hasta conseguir que el potrillo permanezca inmóvil. Así se le debe acostumbrar a que obedezca al jinete (chalán) por el lado derecho con la misma tranquilidad que lo hace por el lado izquierdo. Es necesario evitar poner en marcha al potrillo inmediatamente después de que el jinete (chalán) ha posado sus asentaderas sobre la montura, a fin de no hacer coincidir en el cerebro del animal, la idea del movimiento hacia adelante, con el momento de cabalgar del jinete. Para que la educación del potrillo joven sea lo más completa posible se debe practicar la lección de montar en el picadero, posteriormente en el exterior en presencia de ruidos, etc., en una palabra, en todas las circunstancias en que sería preciso montar, debiendo permanecer el potrillo absolutamente inmóvil y tranquilo. Al potro montado por primera vez, no se le debe pedir nada; el jinete (chalán) debe contentarse con la inmovilidad y docilidad que de él puede obtener.
Posteriormente, si el potrillo permanece tranquilo en el momento que el jinete monta, un ayudante llevándolo de tiro puede darle una vuelta al picadero a cada mano, dejándole toda la libertad posible para que se desplace. La lección de montar debe practicarse aún al término de cada sesión antes de enviar al potrillo a la caballeriza.
(b) Defensas del potrillo en el trabajo montado.
Para volver dócil un potro al montarlo, es preciso cogerlo en el instante en que se le pueda combatir fácilmente todas las defensas que intente hacer. Un potrillo puede presentar defensas instintivas o resultantes de malas costumbres. Los potros que se defienden por instinto lo hacen porque son miedosos, cosquillosos o irascibles y que si bien no se defienden en realidad, tampoco están tranquilos, como desearía cada jinete. En general, las defensas, tanto instintivas como adquiridas, puedan reducirse a las siguientes:
- Encabritarse.
- Golpear con el anterior izquierdo.
- Cocear con el posterior izquierdo.
- Avanzar.
- Recular.
- Echarse a la derecha o a la izquierda.
Para corregir las tres primeras defensas, es preciso castigar al caballo con una fusta en el miembro con que pretenda herir al jinete (chalán). EL castigo aplicado debe ser muy oportuno, y se repetirá tantas veces como defensas haga el animal hasta obtener al final el completo dominio sobre este.
Las tres últimas defensas se pueden corregir empleando el siguiente modo de montar, aunque no es el reglamentario da muy buenos resultados. El jinete da frente a la espalda izquierda del potrillo; con la mano izquierda toma la rienda izquierda de filete ligeramente suelta y un mechón de crines, la mano derecha pasa por encima del cuello, coge la rienda derecha de filete un poco tensa y se apoya sobre el borren anterior a continuación, procede a montar.
Cada una de estas defensas, se puede producir en el momento en que el jinete (chalán) pone el pie en el estribo, cuando el estribo está calzado y por último cuando el jinete se está elevando sobre la rodilla izquierda extendida y antes que haya pasado la pierna derecha al otro lado. El jinete no debe colocarse en la silla, sino cuando el potrillo está quieto y le da el tiempo necesario para que pueda pasar la pierna al otro lado. Si las defensas que hace el potro son ligeras, se corrigen al momento por acción de las riendas y sin que el jinete cambie de postura. SI las defensas son muy acentuadas, se hecha pie a tierra y se corrige con la fusta.
Si él potro avanza en el momento de montar se le impedirá mediante la acción de la rienda de oposición obligándolo a permanecer en el sitio. Si en el momento de poner el pie en el estribo, el potrillo retrocede, el jinete dará golpecitos con la fusta en la grupa, tratando de que el animal permanezca inmóvil.
Otra manera de castigar más efectiva que la anterior es hacer que el potrillo retroceda (cejar) hasta que se canse, y luego tratar de retroceder aún más; este castigo es fuerte y al final el potro no volverá a retroceder porque se acuerda del castigo que se aplicó. Si el potrillo se tira a la derecha, se acentúa fuertemente la acción de la rienda del mismo lado obligándolo a llevar la cabeza a la derecha y la grupa a la izquierda; el mismo procedimiento, pero a la inversa se prescribe para el caso en que el potrillo se tire a la izquierda. En ambos casos se debe conseguir que el potro permanezca recto y quieto.
Se ve pues, que este modo de montar facilita al jinete (chalán) a anular las defensas a tiempo por tener una rienda en cada mano en el momento de sentarse sobre la silla; sobre todo que lo previene de cualquier accidente.
(c) Primeras marchas sin caballos conductores.
Durante el transcurso del trabajo, la conducción de los potrillos en compañía de caballos conductores va disminuyendo; el conductor alarga poco a poco las riendas de conducción hasta prescindir de su uso. Cuando los potros marchan sin riendas de conducción, tranquilos y con confianza al lado de los caballos conductores, estos son retirados; pudiendo dejarse a un solo caballo antiguo como guía de la tanda durante algunos días más. Las primeras sesiones serán de corta duración y al paso; posteriormente en las demás sesiones se combinarán los tiempos de paso llano y sobreandado
Durante el trabajo en sobreandado, el jinete (chalán) debe permanecer con su cuerpo y manos lo más tranquilo posible, evitando así producir molestias al animal. Las riendas deben conservarse en ligera tensión para obligar a los potros a que fijen la cabeza y el cuello. Con el tiempo los potrillos se van acostumbrando a la presión de las pantorrillas, obedeciendo así a la acción impulsora de las piernas, para emprender las marchas al paso llano y al sobreandado.
Unos de los principios más importantes que debe observar el jinete (chalán) durante la doma es: “Despertar y conservar en el potrillo la tendencia a avanzar decididamente “. Así como esto se trató de obtener ya desde las primeras marchas con caballos conductores por medio de un pequeño aumento del ritmo, así también deberá tratar ahora el jinete de avivar la marcha natural del caballo.
Mientras más se piensa en este periodo de la instrucción, en la marcha de avance, tanto mejor será la base que se obtenga para el adiestramiento posterior. El impulso necesario para fomentar la inclinación a andar del potro no permite aún tomar el ritmo igual para todos los potrillos, al comienzo no se podrá exigir que conserven las distancias. Si los potros se manifiestan alegres, dando pequeños saltos, los jinetes (chalanes) sin consideración de distancias y ritmo tratarán de avanzar en lo posible por la pista.
(d) Conservación de las distancias.
Tan pronto como los potrillos conozcan bien el empleo de las piernas, se les comenzarán a exigir que conserven las distancias en el trabajo en tanda. Con este objeto, el jinete (chalán) tratará de alejarse del que le precede, antes de llegar a los rincones y seguirlos después de haberlos pasado, sin que por ello se moleste la marcha del potro cuando se ha perdido la distancia, el jinete no tratará de recuperarla bruscamente, porque se atentaría contra la regularidad de los aires.
Si el potro se pegara al de adelante, la mejor forma de conservar la distancia es dando una vuelta.
Si el potrillo se aleja demasiado del de adelante, la mejor forma de conservar la distancia es cortando la esquina.
(e) Pasaje de rincones.
Durante el pasaje de los rincones el jinete (chalán) debe tratar de no molestar la marcha del potrillo, y para ello, describe un arco que comience 3 metros antes de la esquina y termine 3 metros después de la misma.
La mano interior solo dará colocación, mientras la exterior manteniendo el contacto cede para permitir la flexión del cuello.
La presión de la pierna interior junto a la cincha mantiene el impulso del potrillo y la pierna exterior más atrás obliga a no botar la grupa hacia afuera. Después de efectuado el pasaje por el rincón, se hace actuar nuevamente con cuidado la rienda exterior para retomar el contacto y lograr que el potro se enderece.
(f) Descansos.
Durante el trabajo es recomendable conceder descansos a los potrillos, para ello el instructor hace desmontar a los jinetes (chalanes). Durante los paseos en el exterior, también es bueno desmontar de vez en cuando, para poder aliviar al animal del peso del jinete; aprovechando estos pequeños momentos de descanso para arreglar el equipo, revisar los cascos, etc. o conducirlos de tiro por cortos tramos.
También durante el trabajo en el picadero, se aprovecha de los descansos para que el jinete (chalán) pueda practicar individualmente los ejercicios de montar a caballo y echar pie a tierra.
(2) Trabajo en el exterior.
Inmediatamente que el caballo joven acepta el peso de su jinete (chalán), es menester iniciar su puesta en condición. Este trabajo de puesta en condición se persigue sin interrupción hasta el fin. Tiene lugar en el exterior siempre que sea posible. Evidentemente, es en pleno aire y trabajo sobre líneas rectas, que el potrillo adquiere más rápidamente la plenitud de sus medios.
Se entiende por exterior, todo trabajo realizado fuera del cuadro de paredes del picadero, y comprenden los alrededores y campos.
El Caballo Peruano de Paso, debe estar en condiciones de poder ser empleado indistintamente en cualquier terreno; ya que su preparación definitiva es para servir en las faenas de campo. Este trabajo de exterior debe pues, ser dado a los caballos en general, ya que el trabajo en terreno llano se da en los picaderos y terrenos de ejercicios.
La finalidad de este adiestramiento es tener caballos capaces de conducir a su jinete (chalán) a cualquier paso, a través de todo terreno y a distancias muy grandes.
Por otra parte, el trabajo de exterior, para los caballos que se reserven a las finezas del arte, es indispensable para confirmar sus aires, franqueza y desarrollar su impulsión.
En el exterior el jinete (chalán) da a su caballo un entrenamiento que, como todas las fases de la equitación, va de lo fácil a lo difícil.
Primeramente, los ejercicios son orientados sobre terrenos llanos, que tienen por finalidad el acostumbrar a los potrillos a los objetos exteriores y a los ruidos que no le son familiares; así mismo les permitirá marchar solos, evitándose con esto el amadrinamiento muy propio de estos caballos en sus primeras etapas de instrucción. Las dificultades o aumentos progresivos de las exigencias a que serán sometidos, deberán irse reglando progresivamente, tratando de introducir en alguna sesión el pasaje de pequeños obstáculos naturales, tales como acequias, muros, troncos, cursos de agua, ligeras pendientes, etc.
El terreno variado es de gran utilidad en el adiestramiento de estos caballos; deberá ser ejecutado siempre en aumentos de dificultades. Este trabajo obligará al caballo en la subida de pendientes, a un mejor empleo de sus miembros posteriores y de su cuello. El caballo adelanta éste tratando de jalarse, al mismo tiempo que los anteriores tratan de aferrarse al terreno con los posteriores flexionándose bajo masa, empujan el cuerpo hacia arriba. El trabajo es bastante fuerte y hay que tener cuidado al ejecutarlo, a fin de no malograr los corvejones y riñones.
Las bajadas obligarán al caballo a emplear su cuello y sus miembros en forma distinta. El cuello será extendido completamente con el fin de mirar el terreno por pisar, los miembros anteriores trabajarán con mayor fuerza, por tanto, que sostienen la masa. Los miembros posteriores metidos bajo la masa, regulan el descenso. Este trabajo es de gran utilidad para los caballos que son difíciles de reunir, ya que los flexibilizan del atrás mano, permitiendo en el trabajo posterior, conseguir el propósito del jinete (chalán). Tanto en subidas como en bajadas, no solamente trabajan las partes citadas, sino que también los músculos del dorso y los riñones se fortalecen y desarrollan.
3. CONCLUSIONES.
- El presente experimento ha demostrado que si es posible aplicar técnicas de Doma Clásica en el adiestramiento del Caballo Peruano de Paso.
- Estas técnicas permitirán tener caballos con una mejor colocación del balancín (cabeza y cuello), lo que mejorará su estampa y prestancia. Entonces se podrán montar con “riendas de seda”.
- Al trabajar los caballos de atrás hacia adelante, se mejorará la impulsión y como consecuencia se logrará un mejor avance.
- Las flexiones de la nuca (directa y laterales) en la primera y segunda vertebras, permitirán el desarrollo de los músculos superiores del cuello y consecuentemente el debilitamiento de los músculos inferiores. Nunca más se verán caballos invertidos (estrellados) con cuellos de ciervo.