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Trujillo fue una de las primeras ciudades fundadas por los conquistadores españoles en América. Fue Diego de Almagro quien el 6 de diciembre de 1534 fundó la Villa de Trujillo en homenaje a la ciudad natal de Francisco Pizarro, Trujillo de Extremadura.
Al año siguiente, Pizarro oficializó la fundación de la ciudad el 5 de marzo de 1535 y la llamó Ciudad de Trujillo de Nueva Castilla. En esa oportunidad se realizó el trazo de la ciudad, el mismo que se mantiene hasta la actualidad, y se repartieron los primeros 31 solares a los vecinos fundadores, que fueron: Martín de Estete, Rodrigo Lozano, Blas de Atienza, Alonso de Alvarado, Vitores de Alvarado, Diego de Vega, Gómez de Alvarado, Garcias de Contreras, Mosquera, Melchor Verdugo, Lorenzo de Ulloa, Francisco Luís de Alcantara, Anton de Pedro Mato, Cristobal de Barrientos, Diego de Aguilera, Vargas, Andrés Varo, Antón Quadrado, Valdés, Diego Verdejo, Vicente de Bejar, García Holguín, Diego de Mora, Miguel de la Serna, Pedro González, Juan de Osorno, Juan Roldan Dávila, Trujillo, Hernando de Chaves, Pedro de Villafranca y Miguel Pérez.
El primer libro de Cabildos se perdió en el siglo XVII y así desapareció para siempre la traza original de la población con los solares de las primeras residencias. De viejas papelerías quinientistas se elaboró otra presunta traza, obviamente incompleta y menor.
El encargado de diagramar la traza urbana que distingue a la ciudad de Trujillo, de entre todas las demás ciudades de fundación española en el Perú fue Don Martín de Estete (actualmente una de las calles del centro histórico de la ciudad lleva su nombre). Las manzanas eran de largo trazo, llegando a medir un promedio de entre 130 a 150 m por lado. En respeto de la usanza ibérica, éstas se organizaron en una trama ha damero teniendo como punto de partida la Plaza Mayor. El primer trazado urbano abarcó un área aproximada de 40 ha. Los últimos problemas de saneamiento se solucionaron mediante la construcción de un acueducto desde el río Moche que proveyó de agua corriente a la población.
Trujillo se constituye desde su fundación como la ciudad más importante del norte medio del virreinato y como punto intermedio entre la Ciudad de los Reyes, establecida como capital del virreinato, y la ciudad de san Miguel de Piura; además, su puerto natural, "Huanchaco", caleta ubicada en el actual distrito del mismo nombre, fue el punto articulador con los emplazamientos españoles ubicados en Panamá. Así, luego de recibir el rango de ciudad fue designada capital de Corregimiento, que constituyó uno de los primeros intentos de organización política virreinal. De esa forma asumió la capitanía administrativa de la zona y creó su propia zona de influencia. Por esa razón, en Trujillo se establecieron las Cajas Reales, cuya competencia abarcaba las provincias de lo que actualmente son las regiones de Cajamarca, Ancash, Lambayeque, Amazonas y La Libertad. Ante la creación de las encomiendas, Trujillo se constituyó en el lugar de residencia de los encomenderos del norte del Virreinato y contaba, hacia 1540 ya con un regimiento regular.
Hacia 1544, Trujillo contaba con 300 casas y aproximadamente 1.000 habitantes. La economía florecía a partir de la caña de azúcar, el trigo, los cultivos de pan llevar y la crianza de ganado.
A nivel religioso, desde la fundación de la ciudad, Trujillo acogió a las más diversas órdenes religiosas. En consecuencia, en el año 1577 se crea el Obispado de Trujillo mediante bula papal emitida por el Papa Gregorio XIII. Luego de ello, durante todo lo que restaba del siglo XVI e incluso hasta inicios del siglo XVII, la construcción de templos tuvo un gran auge en la ciudad, los mismos que se mantienen hasta la actualidad. En 1616 se termina la construcción de la iglesia Catedral.
Al año siguiente, Pizarro oficializó la fundación de la ciudad el 5 de marzo de 1535 y la llamó Ciudad de Trujillo de Nueva Castilla. En esa oportunidad se realizó el trazo de la ciudad, el mismo que se mantiene hasta la actualidad, y se repartieron los primeros 31 solares a los vecinos fundadores, que fueron: Martín de Estete, Rodrigo Lozano, Blas de Atienza, Alonso de Alvarado, Vitores de Alvarado, Diego de Vega, Gómez de Alvarado, Garcias de Contreras, Mosquera, Melchor Verdugo, Lorenzo de Ulloa, Francisco Luís de Alcantara, Anton de Pedro Mato, Cristobal de Barrientos, Diego de Aguilera, Vargas, Andrés Varo, Antón Quadrado, Valdés, Diego Verdejo, Vicente de Bejar, García Holguín, Diego de Mora, Miguel de la Serna, Pedro González, Juan de Osorno, Juan Roldan Dávila, Trujillo, Hernando de Chaves, Pedro de Villafranca y Miguel Pérez.
El primer libro de Cabildos se perdió en el siglo XVII y así desapareció para siempre la traza original de la población con los solares de las primeras residencias. De viejas papelerías quinientistas se elaboró otra presunta traza, obviamente incompleta y menor.
El encargado de diagramar la traza urbana que distingue a la ciudad de Trujillo, de entre todas las demás ciudades de fundación española en el Perú fue Don Martín de Estete (actualmente una de las calles del centro histórico de la ciudad lleva su nombre). Las manzanas eran de largo trazo, llegando a medir un promedio de entre 130 a 150 m por lado. En respeto de la usanza ibérica, éstas se organizaron en una trama ha damero teniendo como punto de partida la Plaza Mayor. El primer trazado urbano abarcó un área aproximada de 40 ha. Los últimos problemas de saneamiento se solucionaron mediante la construcción de un acueducto desde el río Moche que proveyó de agua corriente a la población.
Trujillo se constituye desde su fundación como la ciudad más importante del norte medio del virreinato y como punto intermedio entre la Ciudad de los Reyes, establecida como capital del virreinato, y la ciudad de san Miguel de Piura; además, su puerto natural, "Huanchaco", caleta ubicada en el actual distrito del mismo nombre, fue el punto articulador con los emplazamientos españoles ubicados en Panamá. Así, luego de recibir el rango de ciudad fue designada capital de Corregimiento, que constituyó uno de los primeros intentos de organización política virreinal. De esa forma asumió la capitanía administrativa de la zona y creó su propia zona de influencia. Por esa razón, en Trujillo se establecieron las Cajas Reales, cuya competencia abarcaba las provincias de lo que actualmente son las regiones de Cajamarca, Ancash, Lambayeque, Amazonas y La Libertad. Ante la creación de las encomiendas, Trujillo se constituyó en el lugar de residencia de los encomenderos del norte del Virreinato y contaba, hacia 1540 ya con un regimiento regular.
Hacia 1544, Trujillo contaba con 300 casas y aproximadamente 1.000 habitantes. La economía florecía a partir de la caña de azúcar, el trigo, los cultivos de pan llevar y la crianza de ganado.
A nivel religioso, desde la fundación de la ciudad, Trujillo acogió a las más diversas órdenes religiosas. En consecuencia, en el año 1577 se crea el Obispado de Trujillo mediante bula papal emitida por el Papa Gregorio XIII. Luego de ello, durante todo lo que restaba del siglo XVI e incluso hasta inicios del siglo XVII, la construcción de templos tuvo un gran auge en la ciudad, los mismos que se mantienen hasta la actualidad. En 1616 se termina la construcción de la iglesia Catedral.
Plano de La Plaza de Armas de Trujillo
Primer reparto de solares
Personajes Ilustres
Simón de Lavalle de la Bodega San Martín y Quadra
Caballero de la Orden de Calatrava, desde 1750, descendía por Línea Paterna de Don Fernán o Hernán de Lavalle España-714 y por Línea Materna de los Marqueses de Villarins, de Llano, de los Llamos y del Conde de Santafé; todos Caballeros profesos del Orden de Santiago, según prueban documentos fidedignos existentes en el Archivo de los Sres. Condes de Premio-Real. Como asimismo por información de veinte testigos de excepción y de la clase de Nobles, y según Real provisión despacha a su favor en toda forma por Don Carlos Aparicio Usedo de Aguila, Juez Mayor de Vizcaya ante D. Gerónimo de Espinar y Mendiola, Escribano de Su Majestad y Mayor del Juzgado de Vizcaya, en 21 de Marzo de 1750; en la cual hace también constar pertenecer a la Casa Solariega de Lavalle, que dio Nombre al Apellido.
Pasó a Indias y fue Contador de las Reales Cajas de Trujillo, en el Perú; Revisor de las Reales Cajas de Cajamarca, Huamachuco y Huambos; Corregidor de Piura, Alcalde de Trujillo en 1758. Casó en Trujillo el 20-XI-1729 con María del Carmen Cortés y Cartavio, bautizada en la Catedral de Trujillo el 31-I-1712; hija de Fernando Cortés Santelices, natural de El Callao-Perú, y de Catalina de Cartavio Roldán, natural de Trujillo. Tuvieron dos Hijos, que fueron: D. José Antonio, Primer Conde de Premio-Real y D. Manuel José, p adre del General D. Juan de Lavalle, tan célebre en la Historia de la revolución de la República de Argentina". Falleció en Trujillo el 9-V-1791, habiendo otorgado testamento en 24-XII-1771 ante Antonio Lorenzo Vázquez
María del Carmen Cortés Cartavio de León y Roldan Dávila.
Doña María del Carmen Cortés Cartavio de León y Roldan Dávila, nacida en Trujillo del Perú, el 31 de enero de 1712, casada el 20 de noviembre de 1729, con D. Simón de Lavalle San Martín de la Bodega y Quadra, era hija del Capitán don Fernando Cortés Santelices, y de doña Catalina de Cartavio Roldán-Dávila, casada el 15 de enero de 1708; nieta del General don Alonso Cortés Mancha y Doña Juana León Santelices; del Capitán don Domingo de Cartavio Lantia, opulentísimo vecino de Trujillo que diera su nombre a la valiosa hacienda Cartavio de su propiedad, que había nacido en Rivadeo, y de doña Juana Roldán-Dávila, casados el 28 de junio de 1658 en Trujillo. Tanto los Cortés como los Cartavio vinieron al Virreinato en la segunda mitad del siglo XVII. De los primeros proviene no solo la familia del Perú asentada en Trujillo, sino también la extensísima del apellido en Chile, en cuyas ramas se han ostentado los títulos de Marqueses de, de Cañadahermosa de San Bartolomé, Condes de San Miguel de Carma, Barones de Nordenflicht, etc.
Los Roldán-Dávila si era linaje establecido en Trujillo; se puede decir que a partir de la fundación de la villa, cuando el conquistador don Juan Roldán Dávila recibiera las Encomiendas de Túcume e Illimo en 1536 y fuera nombrado Corregidor y más tarde Alcalde Ordinario en 1537.
Don Juan Roldán Dávila, que estuvo en la fundación de Panamá, Piura y Trujillo, era hijo del Descubridor don Francisco Roldán Jiménez, compañero de Colón en su segundo viaje de 1493 como Capitán de una de las naves y Alcalde de La Isabela, y de doña Juana Blásquez Dávila Ahumada, nacida en Sevilla y hermana de don Juan Mateo Blásquez Dávila Ahumada Cuevas, la que de su matrimonio con don Alonso Sánchez de Cepeda fueron los padres de la Ínclita Reformadora del Carmelo, la gran Santa de la Iglesia, Santa Teresa de Jesús Cepeda y Ahumada, parienta próxima de don Juan Roldán-Dávila, que casó con doña Leonor Fernández de la Reguera y Jiménez de Godoy, padres del general don Juan Roldán-Dávila Reguera, Corregidor y Justicia mayor de Trujillo.
José Antonio de Lavalle y Cortés
José Antonio de Lavalle y Cortés, nacido en Trujillo (Perú) y bautizado en su Catedral en 5.1.1735 a los ocho días de venir al mundo. Corregidor de Piura (1767-1772), abogado de la Real Audiencia, Coronel de las Milicias Urbanas de Piura, Caballero de Santiago desde 1777, primer conde de Premio Real desde el 14-I-1784, Alcalde de Lima en 1785 (o 1779), Prior del Tribunal del Consulado en 1787 y 1788, Coronel del Real Cuerpo de Artillería en 1802, y Brigadier General de los Reales Ejércitos en 1803. Miembro destacado del gremio de comerciantes importadores de Lima.
Socio correspondiente de la Real Sociedad Bascongada de los Amigos del País. Tradujo del Francés unas Oraciones y Meditaciones para asistir con devoción a la misa.
En 1783, vía Buenos Aires y Montevideo, remitió a la Península, en barcos de pabellón portugués, un cargamento de 1.000 cajones de cascarilla y una partida de cacao.
En 1797 arribó a Montevideo para su trasbordo al Callao una expedición de 230 esclavos africanos consignados a su nombre. Por Real Orden de 16.1V.1798 se le concedió licencia para importar de Africa, vía Montevideo, una partida de 2.000 negros bozales, con destino al Perú.
Idea cabal del volumen de su patrimonio lo ofrece el gesto de desprendimiento de que hizo gala en 1796: para la leva del Regimiento de Granaderos Voluntarios del Estado, del cual su hijo segundo, José Antonio, fue Coronel, y el cuarto, José Casimiro, Capitán, puso a disposición del Erario público la cuantiosa suma de 3.000.000 de reales. Con este subsidio dicha unidad se encontró en aptitud de participar en sucesivas campañas en Africa, en el Reino de Etruria y en el Campo de Gibraltar. En oportunidades posteriores hizo nuevas entregas de dinero.
Había casado en Lima (o en Trujillo) el 2-VIII-1767 con Mariana Zugasti y Ortiz de Foronda, n. en Lima, hija del General Martín de Zugasti y Gaztelu, natural de Pamplona, y de Bernarda Ortiz de Foronda, nativa de Lima; nieta materna de Pedro Ortiz de Foronda, natural de Arenchal-Extremadura y Caballero de Santiago, y de Mariana Sánchez de la Barrera, limeña (ratificación de las nupcias en la Parroquia del Sagrario de Lima; Libro 9º de Matrimonios, folio 360v.).
Don José Antonio de Lavalle y Cortés Falleció el 8-IV-1815.
Juan José Martínez de Pinillos y Larios
En 1784 remató el oficio de Alférez Real y la vara de regidor inherente a este cargo el Capitán Juan José Martínez de Pinillos y Larios, por la suma de 1,500 pesos.
Era Hidalgo y natural de Nestares (Logroño), donde fue bautizado el 21 de Octubre de 1754. Sus padres, Juan Manuel Martínez de Pinillos y Jiménez del Prado y María Larios y Adalid, habían contraído matrimonio en el mismo lugar, el 8 de febrero de 1751.
En unión de su hermano Juan Alejo, tres años menor que él, llegó a Lima en 1774 y a fines del siguiente año se encontraba en Trujillo. Pasado a Cajamarca poco después, fue ahí Capitán de la 2ª. Compañía de Infantería del regimiento de Españoles de San Marcos, por título del 10 de Febrero de 1781. Sirvió el Corregimiento de Chachapoyas los años 1782 y 1783, en cuya ocasión ayudó en su visita al obispo de Trujillo Baltasar Jaime Martínez Compagnon.
En la carrera militar ascendió al grado de Sargento Mayor del Regimiento de Milicias disciplinadas de Caballería de Trujillo en 7 de Marzo de 1794, del cual fue Teniente Coronel por Título fechado el 6 de Octubre de 1797, y su Coronel en 1812. Este último año era igualmente Teniente Coronel de los Reales Ejércitos, y tres años después. Comandante Militar de Trujillo.
Durante su Alferazgo tuvo únicamente por Teniente a su hermano antes citado. En 1789 juró al rey Carlos IV y en 1814 a Fernando VII. Fue Juez de Aguas los años 1796, 1809 y 1810. Le correspondió sustituir, entre otros, a los siguientes Alcaldes Ordinarios de Trujillo:
Años 1793 y 1794.- Manuel Godoy Alvarez Faria, Duque de Alcudia, al que eligió el Cabildo trujillano en su sesión del 1 de Enero de 1793. 10.
Año 1810.- Dr. Bernardo Victoria y Ahumada, por haber pasado a Lima mientras tenía en propiedad la vara de segunda nominación el 28 de Abril.
Año 1811.- Mariano de Cáceda y Bracamonte, de primer voto, por ausentarse a poco de su elección (7 de Enero) a su Hacienda nombrada “Bazán”.
Año 1818.- Teniente Luís José de Orbegoso y Moncada, Alcalde de 2º voto, que hubo de pasar a su Hacienda “Chuquisongo” como periódicamente lo hacia. 11.
Suprimido el Alferazgo a finales del año 1821, pasó a Lambayeque a atender sus Haciendas nombradas “Pomalca”, “Collud” y “La Tina”, situadas en el valle de Saña, que poseía en condominio desde antes de 1787 con su hermano Juan Alejo. Ahí resultó elegido Alcalde Ordinario de segunda votación en 1821.
El siguiente año obtuvo carta de naturaleza en virtud del informe favorable recaído en su solicitud el día 11 de Enero de 1822. Había casado el último Alférez de Trujillo el 8 de Octubre de 1790 con doña María Josefa Agustina de Cacho y de Lavalle, nacida en Trujillo el 5 de Mayo de 1770, hija legítima de don José Antonio de Cacho la Llata y Doña Josefa de Lavalle y Cortés, de la que enviudó con dilatada sucesión. El General falleció el 9 de Diciembre de 1831 de 77 años en Trujillo y fue enterrado el 9 de Diciembre de 1831 en el Cementerio General recién inaugurado. Doña María Josefa, falleció el 24 de Mayo de 1807 en la ciudad de Trujillo.
María Josefa Agustina de Cacho y de Lavalle
Doña María Josefa Agustina de Cacho y de Lavalle, nacida el 5 de mayo de 1770, casó el 8 de octubre de 1790 con el General don Juan José Martínez de Pinillos Larios, nacido en Nestares, Procurador de la Casa Solariega de Pinillos, que en 1783 fue corregidor de Cajamarca y más tarde, en 1795, Alcalde Ordinario, Regidor Perpetuo y Alférez Real por S. M. en Trujillo.
Doña María Josefa fue hija de Don José Antonio de Cacho y de la Llata que vino al Virreinato del Perú por el año de 1761. Prestó servicios militares como Distinguido en el Batallón de Comercio de Lima, y desde 1767 como Capitán del Regimiento de Infantería de Trujillo; Teniente Coronel en el Regimiento de Caballería desde 1773, del que fue su Coronel el 1.° de diciembre de 1781; en 1811, Comandante Militar de Trujillo, y en 1812 Su Majestad le dio el título de Coronel Efectivo de los Reales Ejércitos.
En el libro de Varela Orbegoso, al referirse a la biografía de don José Antonio, precisa que desempeñó los cargos de Contador por S. M., Juez Oficial Real y Ministro Principal de las Reales Cajas de Trujillo, "los que desempeñó con honradez, celo y constancia hasta su merecida jubilación".
En Trujillo, el 25 de enero de 1767, contrajo matrimonio don José Antonio Cacho y de la Llata, "Caballero Hijo Dalgo según información hecha constar de la Casa Solariega Infanzona y de Armería, sita en el lugar de Mijares, jurisdicción de la Villa de Santillana en las montañas de Burgos, Obispado de Santander de los Reynos de España", con doña María Josefa de Lavalle y Cortés, hija legítima del General don Simón de Lavalle y Bodega Cuadra, Caballero de Calatrava, que anteriormente había desempeñado en Trujillo los mismos cargos que don José Antonio, y de doña María del Carmen Cortés Cartavio Roldán Dávila.
Nicolás Casimiro de Bracamonte y López Fontao
II Conde de Valdemar de Bracamonte, Marqués de Herrera y Valle Hermoso, Capitán de los Reales Ejércitos del Rey de España. Hijo de Don Pedro de Bracamonte y Zarzosa, Regidor Perpetuo de la ciudad de Trujillo, I Conde de Valdemar, y de Doña Juana María López Fontao, hija de Don Manuel López Fontao y de Doña María Hilaria de Iturriaga y Medina. Casó con Doña María Encarnación de Cacho y Lavalle.
Alfonso Gonzalez y Sáenz de Tejada
Hijo de Juan Francisco Gonzalez de Segura y Da. María Sáenz de Tejada y Pinillos. Casado en la ciudad de Trujillo del Perú con Da. Rosa Martínez de Pinillos y Cacho.
Luis José de Orbegoso y Moncada
Luís José de las Mercedes de Orbegoso y Moncada, heredero del título de Conde de Olmos, quien fuera presidente del Perú y Gran Mariscal de sus Ejércitos, nació el 25 de agosto de 1795 en la Hacienda “Choquisongo” ubicada en la Doctrina de Usquil, hoy distrito de Huamachuco, provincia de la intendencia de Trujillo, departamento de La Libertad, cuando gobernaba el Perú su XXXV Virrey el Señor Frey Don Francisco de Tabeada, Lemus y Villamarín, quien ejerció el mando en el Perú desde el 25 de marzo de 1790 hasta el 6 de junio de 1796.
Don Luís José fue bautizado el 26 de agosto de 1795 en la Iglesia Vice - Parroquial de “Choquisongo”.
Don Luís José de Orbegoso y Moncada contrajo matrimonio el 25 de febrero de 1816, en la ciudad de Trujillo y en su Iglesia Catedral, con Doña María Josefa Martínez de Pinillos y Cacho. Fueron sus padrinos el Coronel del Regimiento de Caballería de Milicias, Teniente Coronel del Ejército y Alférez Real Don Juan José Martínez de Pinillos y Larios y Doña Josefa de Lavalle y Cortés.
La niñez de Don Luís José de Orbegoso y Moncada trascurrió en la Hacienda “Choquisongo”, en donde aprendió a leer y escribir; sus padres lo llevaron después a la ciudad de Trujillo para continuar sus estudios. En 1807 fue enviado a la Ciudad de los Reyes, Lima, ingresando al Real Convictorio de San Carlos.
El 25 de marzo de 1815 y contando con veinte años de edad, ingresó como Cadete del Regimiento de Caballería de Milicias Disciplinadas de Trujillo. El Virrey Don Fernando de Abascal y Sousa, le concedió con fecha 4 de julio de 1815 el cargo de Porta Estandarte del Primer Escuadrón del citado Regimiento, ascendiéndolo a Alférez de la Compañía de Carabineros el 5 de diciembre de 1815.
El penúltimo Virrey del Perú, Don Joaquín de la Pezuela y Sánchez, Muñoz de Velasco, nombró a Don Luís José, Teniente de la 7ª Compañía de Milicias Provinciales Disciplinadas de Caballería de Trujillo con fecha 20 de octubre de 1817.
Por otra parte, el Cabildo de Trujillo en su sesión del 1º de enero de 1818 eligió al Teniente Orbegoso como Alcalde de Segundo Voto, quien tomó posesión del cargo el 22 de abril de 1818.
Poco tiempo después de haber llegado al Perú y desembarcado en Paracas (Pisco) la Expedición Libertadora del General argentino Don José de San Martín y Matorral y pronunciada en Trujillo el 29 de diciembre de 1820 la proclamación de la independencia, la primera en el Perú, por su intendente, el Marqués de Torre Tagle, causa a la que el entonces Capitán Orbegoso – había sido ascendido ese año – alentaba en forma activa y fervorosa, con fecha 23 de enero de 1821, el Marqués de Torre Tagle lo nombró Sargento Mayor del regimiento arriba señalado, cargo que fue refrendado en la misma fecha por el Libertador San Martín.
El 23 de Julio de 1821 es ascendido por el Marqués de Torre Tagle. Al grado de Coronel de Caballería del Regimiento en que prestaba servicio.
El 24 de febrero de 1823 es nombrado Comandante del escuadrón de Caballería “Invencibles de Trujillo”, al cual disciplinó e instruyo, incluso proporcionando a sus expensas vestuario para los soldados. El entonces Presidente del Perú, Don José de la Riva Agüero y Sánchez Boquete, dispuso que este Escuadrón pasara a constituir el Tercero del Regimiento “Húsares de la Unión” y con fecha 28 de julio de 1823 nombró a Don Luís José, Teniente Coronel Mayor de este Regimiento y Coronel Graduado del Ejercito, en la misma arma, el 29 de julio de 1823.
Con fecha 22 de marzo de 1824, el Libertador Bolívar nombro al Coronel Orbegoso Intendente de la Provincia de Lambayeque y con fecha 28 de octubre de 1824, desde la ciudad de Jauja, lo nombra Prefecto del Departamento de Trujillo mediante decreto firmado por él y refrendado por su Ministro y Secretario General Don José Faustino Sánchez Carrión.
El 14 de marzo de 1825 el Libertador Bolívar le confirma el grado de Coronel Efectivo de Caballería del Ejército, con la antigüedad del 24 de febrero de 1823, mediante Decreto firmado y sellado por él y refrendado por el Ministro de estado en el Despacho de Guerra, General Don Tomás de Heres.
Con fecha 28 de abril de 1826 el Libertador Bolívar, mediante Decreto firmado y sellado por él y refrendado por el Ministro de estado en el despacho de Guerra y Marina, General Don Juan Salazar, asciende al Coronel de caballería Orbegoso al grado de General de Brigada, en atención a sus méritos y servicios a la Patria.
El 9 de marzo de 1827, Don Luís José es elegido por el correspondiente Colegio Electoral, diputado por la Provincia de Huamachuco., por lo que nuevamente se dirige a Lima para representar a esa Provincia Constitucional que se instala el 4 de junio de 1827 y que fue presidido por el Presbítero, Don Francisco Xavier de Luna Pizarro (1780 – 1855). Este Congreso dictó la Constitución de 1828.
El Congreso elige al Gran Mariscal Don José de La Mar y Cortazar (1778 – 1830) Presidente de la Republica y comisiona a Don Luís José y al Diputado Don Antonio Arteaga para que le comunique su elección y lo acompañen en su viaje de regreso al Perú, pues a la sazón se encontraba en Guayaquil, a lo cual dan cumplimiento.
Con fecha 22 de diciembre de 1832 el Congreso le concede el grado de General de División con la antigüedad del año 1829 en premio a su carrera política y militar y principalmente por el honroso comportamiento con que se distinguió en la Batalla del Portete de Tarqui.
Habiéndose frustrado las elecciones para Presidente de la Republica y de Representantes al Congreso por haberse sólo reunido algunos de los Colegios Electorales del país para dichas acciones, y cumpliéndose el mandato presidencial del Mariscal Gamarra, ne Zaldívar, el 19 de diciembre de 1833, la Convención Nacional como único poder legítimo representante del pueblo procedió a elegir Presidente Provisional del Perú por votación de sus integrantes, el 20 de diciembre de 1833, resultando elegido con dicho cargo el General de División Don Luís José de Orbegoso y Moncada, prestando juramento al día siguiente, sábado 21 de diciembre de 1833, tenía 38 años de edad.
Don Luís José de Orbegoso y Moncada, falleció a la edad de 51 años, 5 meses y 11 días en la ciudad de Trujillo, en la mañana del 5 de febrero de 1847 en la casa de su propiedad ubicada en la esquina de los hoy denominados Jirón Mariscal Orbegoso y Jirón Bolívar, a cien metros aproximadamente de la Plaza de Armas de dicha ciudad. Sus restos mortales se encuentran sepultados en el cuartel San Pedro del Cementerio General de Trujillo.
María Josefa Martínez de Pinillos y Cacho
Trujillo había sido un centro prominentemente de la nobleza y allí habían radicado muchas familias de abolengo, de pura cepa española. Sin embargo cuando se dejaron sentir, los primeros movimientos a favor de la causa emancipadora, fueron los nobles los primeros en laborar favorablemente, y sus esposas, hermanas e hijas, se convirtieron en factores valiosísimos para la causa. Doña María Josefa Martínez de Pinillos, se encontraba entre las más activas y batalladoras, plegada del todo a la causa de la Patria. Se trataba, decía, de formarnos como seres libres e independientes, ya estamos en edad y en condición de solicitar ese derecho.
La causa sostenida y defendida por el General San Martín, encontraba adeptos en todo el territorio, y Doña María Josefa, se sostenía como la propagandista más entusiasta y a cuya palabra henchida de las más altas virtudes cívicas, todos quedan convencidos y siguen voluntarios la causa más grande, que pueden defender los pueblos.
Pero si la causa de la libertad ganó tanto terreno, durante el gobierno de San Martín, no decayó en nada, cuando el Protector deja voluntariamente el Perú, y es entonces cuando Doña María Josefa, sostiene en su casa las tertulias políticas, en las que tanto se trabajó para consolidar la libertad y la independencia del Perú, caldeado como se encontraba el espíritu de los peruanos, uniéndose todos, sin distinción de clases sociales.
A la llegada de Bolívar, Doña María Josefa, que se mantenía fiel a sus principios republicanos, es visitada por el Libertador y continúa prestando sus servicios, no obstante ciertas disposiciones del General, contra algunas familias de la nobleza, que sin afectar en nada la causa sostenida y defendida, hería la susceptibilidad, de quienes sufrían destierros y castigos.
Sin embargo, de todo esto, Doña María Josefa, se mantuvo fiel a la causa, que era la que su esposo apoyaba con todas las energías de su espíritu, valiente, noble e hidalgo.
Vicente González y Martínez de Pinillos
Nacido en Trujillo, hijo de Alfonso González y Sáenz de Tejada y de María Rosa Martínez de Pinillos y Cacho. Casado con su prima Emilia de Orbegoso y Martínez de Pinillos, padres de: Luisa Gonzalez Orbegoso, casada con Augusto Dreyfus Maar; de Don Carlos Alfonso Gonzalez Orbegoso, Conde de Olmos, Senador de la República, Prefecto de Arequipa, casado con su prima Josefina de Orbegoso González; de Eduardo Gonzalez Orbegoso, Senador y Prefecto de La Libertad, que casó con su prima Adela Orbegoso Gonzalez; Manuela Emilia Gonzalez Orbegoso, Presidenta de la Unión Católica del Perú, casada con Eduardo Coert du Buois Moore; Vicente Victor González Orbegoso, Diputado a Congreso, casado con Rosa Pardo Barreda; y de Pablo Gonzalez Orbegoso.
Juan Manuel Iturregui y Aguilarte
Por: Jorge Guillermo Iturregui.
De padres españoles, nació en Lambayeque D. Juan Manuel Iturregui y Aguilarte el 17 de Abril de 1795. Luego de estudiar en la escuela parroquial de la localidad pasó al Convictorio de San Carlos. Ganándose el calificativo de "alumno distinguido" por José Faustino Sánchez Carrión.
Al fallecer su progenitor (1817), Juan Antonio de Iturregui, retornó al hogar a fin de hacerse cargo de los negocios agrícolas de la familia.
Influenciado por las ideas libertarias en 1818 viajó a Jamaica; para volver con un cargamento de armas, encubierto con mercaderías, las que introduce a Lambayeque por la Caleta de San José.
Llegado a Paracas San Martín, Iturregui toma contacto con el general argentino, y obtenida su aquiescensia, reúne a los patriotas lambayecanos: entre los que se cuentan a: Mario Quesada, Santiago y Romualdo Leguía, Pascual Saco Oliveros, Melchor Sevilla, José Ignacio Iturregui, Pedro Antonio López Vidaurre, Juan del Carmen Casós, jefe de las Milicias y otros vecinos notables.
Con el armamento adquirido en Jamaica, habilitaba al pueblo, siendo la noche del 27 de diciembre de 1820, cuando el capitán Pascual Saco Oliveros toma el cuartel de Dragones donde se encontraba la Segunda Compañía del Batallón Numancia, cuyo personal fue obligado a retirarse a Trujillo. Firmándose la primera proclamación privada de la independencia. Luego hubo otras dos proclamaciones públicas, el 31 de diciembre y el 14 de enero de 1821.
Iturregui, Coronel de las Reales Milicias y Pascual Saco Oliveros, fueron comisionados para hacer entrega del auxilio de Lambayeque al general José de San Martín, a la sazón en Huaura. Auxilio consistente en: un contingente de Hombres de caballería, dinero y las armas traídas de Jamaica. Lo que hizo exclamar al Libertador... "Con esta ayuda, se hará la independencia del Perú".
El caudillo de Lambayeque, continuó participando en los avatares de la emancipación; como durante los primeros años de la republica, fue: Prefecto y Comandante General de La Libertad, Senador, Ministro Plenipotenciario de Santiago y Londres, Ministro de Hacienda. Durante el gobierno de Echenique, el Congreso le confirió la clase de General de Brigada. Declinó las instancias de sus partidarios de ser candidato a la presidencia de la Republica. Fue declarado Prócer de la República. Fue declarado Procér de la Independencia Nacional el 11/07/1963, por el D.L. 14550.
Dueño y hacendado de los campos de Chiquitoy desde 1857. Se lo compró al presbítero Dr. José Mercedes Vigo, que fue declarado heredero por doña Josefa del Risco y Oyague propietaria de los campos de Chiquitoy y Cartavio, quien falleciera soltera. El padre de ésta tenía la propiedad de esos terrenos desde 1763.
Prócer de la independencia nacional, casado con Manuela González y Pinillos con la que tuvo un hijo: Juan Manuel Iturregui González.
Don Juan Manuel falleció el 30 de Julio de 1871, reposan sus restos en el Panteón de los Próceres.
Juan Manuel Claudio Iturregui González
Hacendado y administrador de los campos de Chiquitoy desde 1871 tras la muerte de su padre el General Juan Manuel Iturregui y Aguilarte en 1871, fue su único heredero. Un año después los arrienda a los Larco. Juan Manuel Claudio Iturregui y González, se casó en 1891 con su prima, la trujillana Susana de Orbegoso González, hija de don Juan Guillermo Eloy de Orbegoso Pinillos y doña Rosa González Madalengoitia. Juan Manuel Claudio y Susana tuvieron por hijos legítimos a Juan Manuel y a Susana Rosa Iturregui y Orbegoso, que años después se casaría con Georges Potocki Radzivill. Juan Manuel murió en 1912.
Pio Vicente Rosell González y Tamayo
Don Pio Vicente Rosell González y Tamayo nace el 10 de julio de 1807 y fallece el 27 de enero de 1880, hijo de Don Pedro Rosell González y Sotomayor y de Da. María Ignacia de Tamayo y Cáceres. D. Pio Vicente se casa con Da. Elena Borgoño y Castañeda de Madalengoitia, quien nace el 26 de marzo de 1824 y fallece el 23 de agosto de 1857.
Del matrimonio de D. Pio Vicente y Da. Elena nace el 27 de diciembre de 1854 D. Pedro Domingo Rosell y Borgoño quien se casa con Da. Manuela Alejandrina de Urquiaga y Calonge, el 28 de febrero de 1884, quien nace el 3 de febrero de 1861. Da. Manuela, fallece el 3 de abril de 1901 y Don Pedro Domingo el 6 de marzo de 1928.
Luis G. Albrecht
Datos biográficos e históricos del Blog “Inmigración en el Siglo XIX” de Eduardo Salazar.
Al inicio Albrecht siembra algodón en Facalá; el cual tenía buen precio y demanda debido a la guerra secesionista de Estados Unidos (la que conllevó a una enorme baja en la producción de los algodonales del sur de EEUU), pero dándose cuenta de la rentabilidad y facilidad de cultivo de la caña de azúcar en el valle, cambia de rubro y comienza con los cañaverales en Facalá, Sausal y Casa Grande. A decir de Elías Alvarado
A partir de 1870, la industrialización de la empresa azucarera se encuentra en pleno auge, siendo en el valle de Chicama la fuerza utilizada principalmente la hidráulica seguida del vapor para las maquinarias, reemplazando a los obsoletos trapiches tirados por bueyes. En 1877 utilizando máquinas a vapor importadas de Filadelfia, la hacienda Lurifico elabora 1000 quintales diarios de azúcar, mientras que la hacienda Facalá de los hermanos Pflücker en Chicama elabora 50,000 quintales por año. En 1876 la hacienda Sausal de Albrecht produce 15,000 quintales de azúcar por año.
Este incremento en la producción de caña conllevó a un incremento del consumo de la misma, motivo por el que Albrecht comienza a adquirir las tierras adyacentes a Casa Grande integrando ingenios con zonas de cultivo en un área industrializada, y en aquellas localidades en las cuales no se podía hacer esto lo que se acostumbraba era adquirir las cosechas de haciendas vecinas que no dispusiesen de ingenios para su procesamiento, al igual que Augusto Cabada, propietario de las haciendas Lache y Santa Ana, firmando ellos un contrato en 1871 en el que se estipulaba que Albrecht se comprometía a procesar en Casa Grande la caña producida en las tierras de Cabada debiendo recibir cada parte el 50% de producto. Cuando Cabada adquiere su propia maquinaria, denuncia el contrato y es litigado zanjando el conflicto la Corte Suprema de Lima a favor de Luis Albrecht el 24 de diciembre de 1877.
Luego, vino el descalabro nacional, la Guerra del Pacífico. También es necesario señalar que Luis Albrecht era casado de una prima del militar chileno Patricio Linch (se dice que gracias a esto pudo negociar condiciones favorables sobre los cupos, no está comprobado esto último, lo que sí se conoce es que luego de la guerra Albrecht quebró). Al producirse la toma de Lima, una Expedición comandada por Linch recorre el norte del país, imponiendo cupos a las industrias que encontraba a su paso so pena de destruirlas, llegando a hacer lo mencionado con las haciendas de Dionisio Derteano y otras del valle del Santa. En Trujillo se formó el batallón Libres de Trujillo a cargo del coronel Justiniano Borgoño, el cual luchó en las batallas de San Juan y Miraflores. Posteriormente se formó el batallón n° 01 integrando sus filas el capitán Ranieri Manucci, italiano, saliendo al puerto de Salaverry para impedir el desembarco de los chilenos. Luis Albrecht en ese momento decide alojar a algunos centenares de trujillanos en su hacienda Casa Grande, amparándolos bajo el pabellón imperial alemán.
Al llegar Linch a Trujillo, impuso un cupo de 35,000 soles a la ciudad, caso contrario la ocuparía, siendo el alcalde de la ciudad Cecilio Cox. Trujillo (y todo el país) atravesaba por una crisis económica pero ante las demandas de Linch había que pagar el cupo “por fas o por nefas”; Cox entrega 30,000 soles y Albrecht 5,000, de su propio peculio para salvar la ciudad.
Luego de ello, Linch parte al valle de Chicama e impone un cupo de 40 000 soles, caso contrario el puente sobre el río Chicama sería destruido y las haciendas saqueadas. Cox y Albrecht negocian un descuento a 20,000 soles, sin embargo al no reunir el dinero en la fecha pactada Linch comienza a destruir el puente, motivo por el que Cox y Albrecht pagaron cada uno 10 000 soles nuevamente de sus propios recursos. Según una tradición trujillana, Albrecht lo abonó con su propio dinero pues dijo: "Los bienes se han hecho para remediar los males".
Al término de la guerra y con las deudas adquiridas producto de los cupos, la falta de producción azucarera y la destrucción de mucha maquinaria industrial, en 1888 vende Casa Grande a otro alemán, Juan Gildemeister quien en 1889 funda la Sociedad Agrícola Casa Grande Ltda, pero ya eso es parte de otra historia.
Luis Albrecht murió en Lima 8 de julio de 1891. Una urbanización y un Hospital en La Libertad llevan su nombre, y sus actos y nombre son recordados como parte de la tradición oral trujillana, como un inmigrante alemán de nacimiento, trujillano de corazón.
Juan Gildemeister Evers
Datos biográficos e históricos del Blog “Inmigración en el Siglo XIX” de Eduardo Salazar.
Juan Gildemeister (Johann Gildemeister Evers), nació en Bremen el 16 de junio de 1823, fue hijo de Martín Gildemeister Wilckens y Louise Henriette de Evers. De espíritu emprendedor y sin mayor capital que su capacidad, Juan Gildemeister emigra en su adolescencia hacia el Brasil como marino mercante, en 1843. Trabajando en Río de Janeiro en un establecimiento comercial, ahorró lo suficiente para comprar una pequeña goleta de 180 toneladas, la cual carga con madera y se embarca a Valparaíso para su venta. Con el dinero de esta empresa, parte al Perú llegando a Lima en 1848. Se dirige a California motivado por los hallazgos auríferos de la región, sin embargo regresa a Lima fundando la Casa Gildemeister & Cía. ubicada en la Calle de San Pedro, en sociedad con sus primos Matías y Enrique Gildemeister Förster, ambos residentes en Prusia y se dedica al negocio de las salitreras y nitratos en Iquique (entonces territorio peruano).
Casado el 21 de julio de 1869 en Lima con Manuela Prado Jiménez, natural de Lima. Consolidó su fortuna de esta manera y con subsecuentes negocios, sin embargo luego de la Guerra del Pacífico tuvo que liquidar su empresa e invirtió en el valle de Chicama (Trujillo) y la quebrada de Huarochirí (Lima), comprando la Hacienda Casa Grande en 1888 a su compatriota Luis Albrecht, se dedicó al ingenio azucarero modernizándolo y adquiriendo propiedades alrededor, iniciando un proceso de concentración de tierras en el valle de Chicama nunca antes visto, en competencia directa con los Larco y la Casa Grace propietaria de Cartavio.
Entre 1883-1893 además de la agricultura se dedicó a la creación de seis sociedades mineras y una sociedad de ferrocarril, haciéndose cargo en 1887 de la hacienda azucarera “Casa Grande”. Para 1898, Gildemeister había ya comprado ocho grandes haciendas azucareras y era el segundo gran terrateniente del valle, después de la familia Larco.
Fallece en Lima el 31 de mayo de 1898.
José Ignacio Chopitea y Luna Victoria
José Ignacio Chopitea, nació en 1858. Hijo de don Manuel Antonio Chopitea Villalobos y doña Dolores Luna Victoria, descendientes de nobles familias trujillanas, heredando virtudes y cualidades que le sirvieron de pedestal a sus éxitos; destacando como elemento de primera línea en el desenvolvimiento económico, político, social y cultural del país, ocupando sitial relevante como ejemplo y símbolo de pasadas y venideras generaciones de peruanos.
Se formó profesionalmente en centros avanzados de Europa, graduándose de ingeniero agrónomo y una vez en la patria tomó a su cargo la negociación agrícola de su padre, poniéndola a la altura del avance industrial de la época.
Muerto su padre en 1888, heredó la Hacienda Laredo, que por entonces sólo comprendía una reducida área de tierras de cultivo dedicadas al sembrío de caña de azúcar para elaborar chancaca en pequeña escala.
La empresa industrial que llego a forjar este trujillano, revolucionó la incipiente industria cañera nacional, ya que introdujo en Laredo un ingenio con la más alta tecnología en la industria azucarera.
John Hoyle Hoyle
John Hoyle, nació en Haslingden, Lancashire, el 30 de diciembre de 1800, siendo bautizado en la Parroquia de New¬church-in-Rossendale, el 23 de febrero de 1801. Su infancia transcurre apacible en el hogar paterno y sin duda jugaría a menudo en ese codo del río Ogden, cuyas aguas im-pulsaban los molinos textiles de su padre, próximos a su casa de Bridge-End. Luego vino su primer alejamiento; partió a estudiar con su hermano Luke al Grammar School de Bradford, en Yorkshire.
A poco de cumplir la mayoría de edad y recibir la heren¬cia paterna, dejando atrás casa y familia -su madre habría de fallecer poco después, en 1828-, prefiriendo la aventura a la comodidad, emigra al Perú, donde habría de ser tronco de esta prolífica familia trujillana.
Con ese capital, juventud, evidente ambición y no menos imaginación, dejando atrás tierra, madre y hermanos, cruza el Atlántico llegando a Nueva York en 1824, para luego seguir, bordeando el Cabo de Hornos, llega al Perú, radicando en la Ciudad de Trujillo. Allí se dedicó al comercio y a la agricultura, invierte su patrimonio paterno y con tesón y perseverancia, acumula una cuantiosa fortuna, tanto en el comercio como en tierras, y se for¬ja una sólida y prominente situación en la sociedad trujillana del siglo pasado.
Regresa a Inglaterra en más de una oportunidad, ocasiones en que testa el 14 de di¬ciembre de 1839 y el 19 de diciembre de 1848. Este último testamento, modificado con codi¬cilos de 23 de marzo de 1857 y 15 de enero de 1858, y finalmente revocado el 23 de marzo de 1861. En estos documentos declara don John Hoyle profesar la religión católica, y pide ser sepultado "con el hábito y cuerda de nuestro padre San Francisco".
A su fallecimiento, el 2 de abril de 1865, se dividen sus bienes entre su mujer, que hereda el 50%, y los cinco hijos que le sobreviven, dejándole a cada uno vastas propiedades que aún ahora conservan algunos de sus numerosos descendientes.
John Hoyle, había casado en la Catedral de Trujillo, Perú, el 12 de julio de 1832, con doña Josefa Moreno y Gutiérrez. Ofició el Canónigo Doctoral de dicha iglesia matriz, doctor don Pedro de Madalengoitia, siendo padrinos el general don Luis José de Orbegoso y Moncada, -allegado amigo de la familia, más tarde Presidente de la Repú¬blica-, y la señora doña María Luisa de Olivera; y testigos, el señor don José Perea, Canóni¬go de la misma catedral, don José Antonio de Quintana y don Manuel San Román.
Doña Josefa Moreno y Gutiérrez nació en Trujillo el 19 de marzo de 1810, hija de don José Moreno y Nevado y doña Manuela Gutiérrez de Arroyo, casados en la Catedral de Trujillo el 15 de octubre de 1793. Doña Josefa fue bautizada de tres días de nacida en la Catedral de Trujillo el 22 de marzo de 1810 por don Juan Antonio Dolores Roldán, Teniente del Cura Rector de dicha Iglesia Catedral, siendo su madrina doña Manuela Escudero. Doña Josefa era nieta paterna de don Raymundo Moreno y doña Teresa de Nevado y nieta materna de don Joaquín Gutiérrez y doña María de Arroyo.
Marcial Acharan y Smith
Marcial Acharan y Smith, filántropo Chileno fundador de la Escuela de Artes y Oficios que llevo su nombre en la Ciudad de Trujillo, Perú.
Nació en Valparaiso Chile en Junio de 1837, se casó en primeras nupcias con la dama Peruana Francisca (Panchita) Larrea con la que no tuvo hijos. Cuando Francisca fallece y después de largo luto, conoce a la Sra. Ana Lucia de la Torre con quien contrae matrimonio en segundas nupcias. Merced a su trabajo acumulo fortuna, formando la Compañía Acharan y Goycochea en la ciudad de Trujillo-Peru.
Al surgir la guerra entre Peru y Chile, viaja a Francia regresando al termino de esta para continuar sus actividades comerciales. Durante su viaje a Francia se ve inmerso en una corriente de ideas renovadores en lo social y economico.
Cuando Marcial Acharan regresa al Peru, y a iniciativa de su esposa Ana Lucia, toma a su cargo el cuidado y la educación de sus sobrinos, hijos de su cuñada: Victor Raul y Agustin Haya de la Torre.
Los principios de, El Capital, fueron pasados al joven Víctor Raúl Haya de la Torre por la influencia de Marcial Acharan.
Posteriormente, Víctor Raúl Haya de la Torre viaja a estudiar a Francia y con las ideas de su tutor y protector, trata de adaptar las teorías de politica economica del Marxismo, acomodando estas a la realidad de los países Latino Americanos de acuerdo a su propia interpretación de la coyuntura social y politica de la region.
De este análisis, y por influencia de algunos otros ideólogos contemporaneos, funda en México en 1924, la Alianza Popular Revolucionaria Americana como movimiento Latino Americano que devendría en el Peru: Partido Aprista PeruanoAPRA.
Marcial Acharan fallece en Lima el 14 de Septiembre de 1918 dejando en su testamente una fortuna para los descendientes de su único hermano, Juan Antonio Acharan & Smith. Parte de su fortuna fue dedicada a la instalación y operación de un Instituto Técnico para la formación de los "hijos del proletariado de la Ciudad de Trujillo" que llevo su nombre hasta que, anecdóticamente, fue confiscado y convertido en Colegio Nacional Mixto de Trujillo por el primer gobierno Aprista del Peru.
La fortuna de Marcial Acharan y Smith fue compartida con su hermano Juan Antonio Acharan quien desde Chile y con sabiduría comercial adquiere propiedades y concesiones mineras que lo convierte en una persona de gran influencia en la region.
Sus propiedades en Iquique y Antofagasta incluían minas de fosfatos, salitreras y vastos terrenos de cultivos que nunca fueron devueltos.
La historia de Marcial Acharan y la de su hermano Juan Antonio, esta intimamemte ligada a la historia del Peru Republicano por la influencia que el APRA ha tenido en el país durante buena parte de su historia.
José Goicochea Ossa
Don José Goicochea y Ossa, nacido en Lima el 5 de Octubre de 1832; posteriormente se estableció en la ciudad de Trujillo. Casó en primeras nupcias con Doña Leonor Garcés de Cardenas y en segundas nupcias con Doña Isabel Pol y Matute, viuda del Conde Don Angel Guzmán de la Reguera y nieta del Conde francés San Pol e hija de Antonio Pol y Juanicó que casó en la ciudad de Cajamarca con una distinguida dama de apellido Matute. Don José Goicochea y Ossa falleció en la ciudad de Trujillo el 18 de setiembre (o Noviembre), con basta sucesión al presente de ambos matrimonios.
Doña Isabel Pol y Matute de Goicochea, nació el 8 de Julio de 1847; murió el 14 de Agosto de 1886 a los 39 años, enterrada en Lima, departamento Central de San Job N 68-D cuarta puerta.
Del primer matrimonio de Don José Goicochea y Ossa con Doña Leonor Garcés tuvo los siguientes hijos: Don José Bernardino, Don Cesar, Don Augusto, y Doña Carolina Goicochea Garcés.
Del segundo matrimonio, tuvo por hijos a: Doña Eloisa, Doña Emilia, Doña Elvira, Doña Elisa, Don Ricardo, y Don Juan Pablo Goicochea y Pol.
Alfredo A. Pinillos Hoyle
Publicado en 1920, Revista Mundial, Director, Andres A. Aramburú Salinas
Don Alfredo Pinillos es un hombre representativo. Así lo establece la perfecta armonía de sus brillantes cualidades en rara unión con su hombría de bien, y si esto no fuera bastante, están allí a manera de viviente ejemplo, los hechos de su vida intensa y fecunda.
Fruto de noble hogar, en el que el amor juntara el abolengo de dos razas de antagonismo histórico, parece que hubiera heredado de ambas en feliz consorcio, sus grandes virtudes representativas. Así junto a los nobles arranques y a las concepciones heroicas que hacen de cada español un emulo del Cid, exhibe la rectitud y la amplia visión que caracteriza a los hijos de Albión.
El corazón de este hombre excepcional, que se formara en el trabajo, entre las vicisitudes y los sobresaltos de una intensa vida comercial, a que lo llevara a la situación angustiosa de su familia a raíz de la depreciación del billete fiscal, situación que el supo remediar con su dedicación y su carácter, guarda delicados sentimientos que cada vez que la oportunidad se presenta sabe desbordar abnegadamente. La primera etapa de su vida, dedicada a esta labor de reconstrucción de su patrimonio, modeló su personalidad en la sagrada escuela del amor filial y su sacrificio de entonces fue quizá el campo propicio donde fructificaron sus grandes virtudes.
Formado, pues en la lucha, muchas veces vagaría su espíritu en demanda de justicia y su bordón de peregrino de un santo ideal que quebraría en la senda; pero la misión entregada a sus fuerzas y la conciencia de su responsabilidad se erguirían, ayudadas por las nobles rebeldías de su sangre, para enseñarle nuevamente el camino del deber. Y en el perduró. Por sobre montañas de indiferencia, siguió su camino, seguro de su obra; su planta poderosa pisó el terreno encantado del éxito, pero no olvidó sus sinsabores y sus luchas y de allí su conmiseración para el dolor ajeno y de allí también su magnanimidad y su tolerancia. Quien supo sufrir irguiendo la cabeza contra el infortunio y quiso y pudo triunfar, había de tener, seguramente, como inseparable atributo, un gran respeto por la ajena desgracia.
Tales empezares, coronados con el éxito rotundo, habían formado una personalidad cuyo radio de acción tenía que extenderse. Ya el deber ampliamente cumplido, tal hombre, medidas sus fuerzas, debía a la sociedad el tributo de su acción, y valientemente, a conciencia de esta nueva obligación, la afronta y lleva a todas partes el acierto de sus iniciativas.
También en esta labor, y no podría ser de otra manera para quien tenía por noma el bien, le acompaña el éxito y pronto su situación pública se prestigia y se consolida.
Es desde el alto sitial de Alcalde de Trujillo, y muy joven aún, que empieza a dejarse sentir su acción. Llevado al cargo por una fuerte corriente popular, encauza su poderosa situación por la senda de los intereses de su ciudad y en poco tiempo lleva a la práctica grandes mejoras locales. Emprende obras de saneamiento y pavimentación, comunicaciones; verifica una nueva numeración en la ciudad, propicia la construcción de baños públicos e inicia los trabajos para establecer el importante servicio de luz y fuerza eléctrica. Revisa el presupuesto municipal y logra mejores rentas.
Desde entonces, fue tanto el prestigio de su labor comunal, su consejo y su ayuda son siempre demandados por los que tienen la gestión inmediata de la cosa pública, consejos que nunca escatima en aras de su gran amor por Trujillo.
Después ha ocupado sucesivamente diversos cargos públicos y en todos ellos ha puesto el sello inconfundible de su acción honrada y de su interés por el progreso local.
Como Alcalde, Presidente Honorario de la Sociedad Empleados de Comercio, Socio y Sub-director de Beneficencia, y Presidente de la Cámara de Comercio, cargo que desempeña actualmente, ha dejado vivo ejemplo de su constancia, acierto y laboriosidad, preocupándose siempre del engrandecimiento local.
Su situación comercial, debido a su propio esfuerzo, es expectable. La Firma Pinillos, Goicochea & Cia., de la que es propietario y Gerente, ocupa muy alto lugar en el comercio de esta plaza y sus transacciones se extienden a todos los departamentos vecinos. Su inteligente dirección ha colocado a la negociación en estado floreciente, y como muestra de sus sentimientos y del alto concepto que le merece la ajena colaboración y en aras de un avanzado concepto social, ha establecido en su casa la participación de utilidades con sus empleados.
Alguna vez, recibió las solicitudes de diversas circunscripciones del departamento para que fuera a las cámaras a continuar la obra de bien en que estaba empeñado, pero hombre leal en sus decisiones, prefirió declinar ese honor ante la imposibilidad de atender a ese nuevo deber, ya que sus recargadas ocupaciones se lo impedirían.
Pero atento siempre a los requerimientos del patriotismo puso de su parte todo interés en que los pueblos tuvieran representantes dignos de ese honor y luchó con ahínco y propició con su entusiasmo las aspiraciones de quienes juzgó capacitados.
Y frente a la nueva situación actual, en que sus ocupaciones pueden descansar en la contracción de un hijo laborioso e inteligente, es de desear que su abnegación se muestre nuevamente y preste a la Patria el valioso contingente de su talento y de su carácter. En el Perú la política tiene sus seducciones y suele deslumbrar a sus elegidos; pero este hombre que ha sabido vivir cincuenta años de vida intachable, sin doblegar jamás las energías de su espíritu, está preparado para esa lucha decisiva y de más amplios horizontes. El carácter, la rectitud y el talento, unidos a su patriotismo, en rara conjunción, harán que sea fructífero al país su paso por la peligrosa senda sin que las zarzas del camino se enreden a sus pies.
Abandonemos al hombre público y al comerciante para penetrar en su vida social. Don Alfredo Pinillos, extensamente vinculado en el país, es en Trujillo una figura de primera magnitud. El crédito de su labor pública y su generosa conducta y sus dotes de correcto caballero, le han llevado a colaborar en todas las obras de carácter particular que se han iniciado en Trujillo.
Es presidente de la Junta de Progreso local, institución privada, dedicada al embellecimiento de la población, y cuyos fondos están constituidos por donativos particulares; presiente de la Junta encargada de la construcción del camino a Quiruvilca, importantísima obra que se lleva a cabo con gran entusiasmo, y cuya finalidad en orden al progreso departamental es evidente por el fácil intercambio que ella establecerá entre la costa y la sierra; y como miembro de la Comisión del Centenario de la Independencia, próximo a celebrarse, dirige la inversión de los fondos que ha donado don Victor Larco Herrera con ese objeto y que asciende a Lp. 10,000. Preside también el primer centro social de Trujillo, el Club Central, cargo que desempeña hace muchos años y en el que siempre es reelegido.
Nacido Don Alfredo Pinillos del matrimonio de Don Máximo Martínez de Pinillos y de Bracamonte y de Doña Josefina Hoyle Moreno, descendientes de nobles familias de ilustre abolengo español e inglés, respectivamente, tuvo en su sangre la simiente de sus grandes virtudes, y supo hacerles el homenaje de continuarlas haciendo honor al preclaro nombre que le legaron. La tradición de su hogar, en el que penetramos respetuosamente, ha sido continuada.
La distinguida matrona que le acompaña hoy en esta senda florida de su bienestar y su prestigio, la señora Elisa Goicochea y Pol, nacida también en ilustre cuna, y los frutos de su amor, entre los cuales ya apuntan algunos que constituyen una esperanza, son el mejor premio que ha podido alcanzar quien recorrió familiarmente el camino del honor y el deber, y buscó siempre en la vida, como norte de sus aspiraciones, honrar los prestigios de su abolengo y labrar el bien colectivo. Ampliamente cumplida su obra que continúa aun con idéntico entusiasmo, su personalidad ocupa lugar preferente en la galería de las grandes figuras nacionales.
Aramburú y S.
Reseña biográfica del autor de la nota
Hijo de una de las luminarias del periodismo peruano, Andrés Avelino Aramburú Sarrio, y de Agripina Salinas y Cossío (hija del entonces fallecido Alcalde de Lima Antonio Salinas y Castañeda). Andres Avelino Aramburú Salinas, casado con Emilia Menchaca Figari, fueron padres de Andrés, María, Rosa, Carlos, Javier y Ernesto Aramburú Menchaca.
Dirigió el semanario Actualidades desde 1907 hasta su cierre en 1909. Suspendida también la edición del diario La Opinión Nacional (1914) tras cuatro décadas de fructífera labor, reanudó su publicación como revista, pero no alcanzó muy larga vida debido a las dificultades ocasionadas por la Primera Guerra Mundial.
Fundó la revista Mundial, que dirigió entre 1920 y 1931, semanario ilustrado que fue una de las publicaciones que marcaron el nacimiento del periodismo moderno en el Perú, tanto por su diseño gráfico como por su contenido. Tuvo gran acogida y se convirtió en la más importante publicación periodística peruana de la década de 1920.
Andrés A. Aramburú Salinas fue un fino cronista que supo combinar la galantería y la sátira, y que jamás lesionó la dignidad ajena. Cualidad ésta muy rara entre los periodistas. Podemos considerarle también como uno de los primeros periodistas profesionales del Perú, pues su caso no fue el de un intelectual que se acercó al periodismo con una finalidad política o cultural, sino la de un periodista en el pleno sentido de la palabra que realizó a plenitud su vocación profesional.
Luis José de Orbegoso González
Genaro Luis José de Orbegoso González, nació en 1869, sus padres fueron Juan Guillermo Eloy de Orbegoso y Martínez de Pinillos y Rosa González y Madalengoitia, casado con Guillermina Vera Tudela con la que tuvo como hijos a: Luís José de Orbegoso Tudela, Guillermo de Orbegoso Tudela, María Rosa de Orbegoso Tudela y Miguel de Orbegoso Tudela. Genaro Luís de Orbegoso González, hizo sus estudios en el colegio de los Jesuitas con éxito sobresaliente, y terminada su instrucción media se dedicó a la agricultura. En 1919, ingresó al parlamento como diputado por Trujillo. Su abuelo fue el Presidente del Perú, Luís José de Orbegoso y Moncada (nombre completo: Luís José de las Mercedes de Orbegoso y Moncada-Galindo) entre el período de los años 1833 y 1835.
Luis José de Orbegoso González, hacendado y administrador de los terrenos de Chiquitoy desde el año 1916 en que su hermana Susana de Orbegoso Gonzáles Vda. de Iturregui se lo arrendara, luego formaría la negociación agrícola Chiquitoy.
Victor Larco Herrera
Fue hijo de don Rafael Larco Bruno y de doña Josefina Herrera Medina, sus hermanos fueron Rafael, Alberto, Carlos, Geronimo y Maria Larco Herrera, contrajo primeras nupcias con Carolina Hoyle Castro con quien tuvo un hijo: Víctor Carlos. Luego su segundo y último compromiso con Susana Vásquez Lizarzaburu, sus hijos fueron: Víctor Manuel, Víctor Humberto, Napoleón, Jorge, Consuelo, Susana, Iris, Josefina, Elena, y Victoria.
Inició sus estudios en el Colegio de la Inmaculada; pasó al Instituto de Lima, regido a la sazón por un grupo de maestros alemanes; y cursó en la Escuela Naval del Perú hasta recibir despachos de guardamarina. Pero pronto optaría por el comercio. Tomó a su cargo la explotación de la hacienda Chiquitoy, en el valle de Chicama, y asumió la gerencia en 1891 de la sociedad agrícola constituida con sus hermanos. Es elegido senador por el Departamento de La Libertad en 1904, fue sucesivamente reelegido hasta el año 1919. En 1913 es elegido alcalde de Trujillo, obsequió a la ciudad el magnífico edificio que hasta hoy ocupa las instalaciones de su consejo municipal.
Cuando se efectúa el golpe de estado que derrocó al entonces presidente Guillermo Billinghurst el 4 de febrero de 1914, se une a los representantes que abogaron en favor del derecho sucesorio que la constitución reconoce como primer vicepresidente, y por ello hubo de sufrir una breve encarcelación. Al poco tiempo extiende sus operaciones agrícolas hacia Argentina entre los años 1916 y 1917, alentando por la favorable coyuntura creada por la Primera Guerra Mundial.
Incorporado a la Sociedad Benéfica Pública de Lima en 1918, se encargó de dicha institución y también de la inspección de los hospitales de enfermos mentales. Otorgó su pleno apoyo a la iniciativa del doctor Hermilio Valdizán para desterrar los métodos inhumanos que aún prevalecían en su tratamiento, y en pocos años donaría más de un millón y medio de soles para construir el nuevo establecimiento que lleva su nombre: Hospital Psiquiátrico Víctor Larco Herrera. Además donaría al poco tiempo importantes sumas de dinero para la edificación de un moderno orfelinato. En 1919 empezó la formación del Museo Arqueológico de Lima, mediante las compras de varias colecciones particulares y de numerosísimas piezas procedentes de las depredaciones efectuadas por los huaqueros.
Confiaría su organización a Horacio Urteaga; y para albergarlo erigió un edificio exteriormente inspirado en el Templo de Tiahuanaco; pero debido a las instancias de Julio C. Tello, aceptó venderlo al estado el 6 de diciembre de 1924, por la simbólica suma de un millón de soles. Donó al Club de la Unión, el terreno donde éste edificó su local, en la Plaza Mayor de Lima. Y dio renovado ejemplo de munificencia. Fue un hombre muy, muy inteligente.
Víctor Larco Herrera (nombre completo: Florentino Gerónimo Aavelino Victor Larco Herrera), nace en l;a ciudad de Trujillo el 14 de Marzo de 1866. Hacendado y administrador de los terrenos de Chiquitoy desde 1882, como consecuencia de la muerte de su padre ocurrida en ese año, liquida la firma que fundó su padre con su tío y entra a Chiquitoy como Negociación & Ldquo; Vda de Larco e Hijos & Rdquo; tiempo después se convertiría en hacendado y administrador de Chiclín y luego Roma (1901) al comprarlo a su tío Andrés Avelino Larco Bruno.
Agricultor, político y filántropo. Hijo de Rafael V. Larco y Josefina Herrera Medina. Estudió en la Escuela Naval; pero se dedicó a la agricultura en el Valle Chicama. Senador por La Libertad y reelegido (1904-1919) además Alcalde de Trujillo (1913). Donó grandes sumas de dinero para obras sociales y culturales. Se casó con Carolina Hoyle Castro con quien tuvo un hijo Víctor Carlos y en segundas nupcias con Susana Vásquez Lizarzaburu con quien tuvo 9 hijos: Víctor Manuel, Víctor Humberto, Napoleón, Jorge, Consuelo, Susana, Iris, Josefina y Elena.
Fallece en Santiago de Chile 1939.
José Alberto Larco Herrera
D. José Alberto Larco Herrera, nacido en la Hacienda Sangual, Chiquitoy en el Valle de Chicama el 1 de junio de 1874, fallecido en Trujillo el 18 de setiembre de 1922, casado el 1 de junio de 1901 con Da. Josefina Pinillos Hoyle, nacida en 1881 en Trujillo, fallecida en Trujillo el 18 de diciembre de 1933, hija de D. Máximo Pinillos Bracamonte y Da. Josefina Hoyle Moreno.
Jorge Juan Pinillos Cox
“Cabalgué en un caballo antes de nacer”, era un lema familiar que solía siempre recordar don Jorge Juan Pinillos Cox. Y en realidad así sucedió el 8 de Diciembre de 1903 en Salaverry, en circunstancias que su señora madre cabalgando sobre un caballo de paso le vinieron los dolores del parto y de emergencia nació allí mismo. Al respecto la destacada periodista y poetisa Alfonsina Barrionuevo se refirió a don Jorge Juan, publicando en la pagina editorial del Comercio de Lima, edición del 5 de Octubre de 1977, un interesante artículo titulado “Cabalgaba antes de nacer”.
Don Jorge Juan, fue sin lugar a dudas una de las personas mas representativas del caballo peruano de paso. Descendiente de Señores de campo y caballo y de un nombre, Jorge Juan Pinillos Castro, su padre, y Jorge Juan Martínez de Pinillos de Bracamonte su abuelo, forjadores de uno de los hierros más antiguos del Perú, JJP.
Fue su tatarabuelo, a finales del siglo XVIII, Juan Alejo Martines de Pinillos Larios con su hermano Juan José, propietarios de fundos entre otros, Pomalca, Collud y La Tina que comenzaron la cría de caballos finos de paso con la finalidad de poder recorrer con comodidad las grandes distancias entre el campo y la ciudad.
De las virtudes que tuvo don Jorge Juan Pinillos Cox podemos destacar tres: su honestidad, hombría y amistad que puso de relieve en todos los actos de su vida. Sobre la amistad decía, “para elegir un amigo debemos tener suerte y al haberlo conseguido, conservarlo hasta la muerte”. Y fiel a sus palabras fue entrañable amigo de sus amigos.
“Hombres que no se olvidan”, es otro importante artículo relacionado con la vida de don Jorge Juan Pinillos Cox. Fue escrito por Maruja Tafur Niñez, quien entre otras cosas dice, “caballero y gentil hombre, su autentico cabalgar Trujillano de alma entera con su mano franca y abierta, su optimismo a flor de piel y su sonrisa sincera”. También lo resalta como “hombre de lucha y trabajo, de desbordante animosidad, de verbo florido y franco, que en didácticas tertulias sobre caballos de paso despertaba en sus escuchas, verdaderos sentimientos de grata peruanidad. Refiere, así mismo, que con tenaz y arduo empeño, con magistral y dedicado esmero, chalaneando, enfrenando, adiestrando logró estirpe y señorío en su Caballo de Paso. Se identificó con ellos y los hiso a su semejanza: nobles, viriles, gallardos, vigorosos, corajudos, decididos, valientes, exquisitos, leales, encelados sementales en cálidos pastizales de San Carlos y Huamán.
Rafael Larco Hoyle
Don Rafael, o Ray como lo conocían sus amigos y colegas anglohablantes, nació el 18 de mayo de 1901, en la Hacienda Chiclín, valle de Chicama, cerca a Trujillo, Perú hijo de Don Rafael Larco Herrera y Doña Esther Hoyle de Larco. Se crió en la hacienda azucarera con sus hermanos más jóvenes, Constante y Javier, recibió su educación primaria en Trujillo en el Instituto Moderno de Trujillo, Colegio Ntra. Señora de Guadalupe y el Instituto inglés de Barranco. En 1914, lo mandaron a Estados Unidos a hacer la secundaria y entró a Tome High School de Maryland. Durante su estancia allí, fue uno de los sobresalientes atletas a nivel secundario del Estado de Maryland, especialmente en fútbol americano, aunque también era bueno en baseball, fútbol soccer y atletismo en general. En 1919 ingresó a Cornell University para estudiar agricultura y luego asistió como un estudiante especial no graduado a la Facultad de Ingeniería en la Universidad de Nueva York en 1922 y a la Facultad de Comercio en 1923, donde estudió administración de empresas y finanzas. El propósito principal de la educación en Estados Unidos no era obtener títulos formales, sino estudiar ingeniería con el objeto de mecanizar la industria azucarera en la hacienda de la familia, para familiarizarse con los problemas de bienestar, educación y organización de los trabajadores azucareros y sus familias y para desarrollar un entendimiento práctico de las operaciones comerciales. Para profundizar estos estudios, también viajó a Cuba, Puerto Rico, Europa y Hawaii.
Al volver a Perú a finales de 1923, aplicó este conocimiento comercial y de ingeniería en los intereses de la familia en el Valle de Chicama y se convirtió en el presidente del Directorio Ejecutivo de Negociación Chiclín y Hacienda Salamanca. Estas haciendas se volvieron famosas en el norte por su sorprendente incremento de reservas por romper los récords en la producción de azúcar por hectárea y azucar por tonelada métrica de corte de caña, el resultado de haber sido el primero en introducir la producción mecánica en la costa norte. Además bajo su dirección la familia desarrolló un hacienda azucarera modelo en Chiclín, que incluía hospitales, clínicas, colegios con avanzados sistemas de educación y métodos modernos de enseñanza.
Alrededor de 1924, el interés de Larco en la arqueología de su país comenzó como resultado de la influencia de su padre. En la Hacienda de Chiclín, había vivido en el ambiente de un museo desde que nació pues su famoso padre empezó en 1903 a construir una colección de cerámica precolombina del Norte del Perú. Más adelante, mientras viajaba por Europa, Rafael Larco Herrera visitó el Museo del Prado en Madrid y se dio cuenta que su colección de objetos arqueológicos peruanos era pobre. Así que donó toda su colección arqueológica a España, y hoy en día ésta se exhibe en el Museo Arqueológico en Madrid.
De esta primera colección arqueológica, se guardó un huaco retrato Mochica impresionante, y esto formó el núcleo de la nueva colección arqueológica. En 1925, el padre de Larco adquirió 600 vasijas de cerámica y otros objetos arqueológicos de su cuñado, Alfredo Hoyle y una colección más pequeña de Dr. Mejía y dio la colección entera a su hijo, Don Rafael. Aunque el último había mostrado cierto interés en el pasado del Perú, esta colección lo inspiró para desarrollar un museo y estudiar intensamente la arqueología del Perú. A partir de este momento, Larco incrementó la colección al comprar especímenes del valle de Chicama y los valles cercanos a Trujillo, Virú y Chimbote en el norte, y luego de otras partes del Perú, pero siempre especializándose en el norte del Perú. La colección creció tan rápidamente que tuvo que ser instalada en un edificio separado de la Hacienda Chiclín, el cual fue inaugurado como el Museo Rafael Larco Herrera en julio de 1926, para proteger las riquezas arqueológicas del Perú y como monumento a su padre que aún vivía.
En 1933, se adquirieron dos grandes colecciones privadas, una de alrededor de 3000 piezas del sr. Carranza en Trujillo y las otras 8 000 piezas de cerámica, metal y textiles de Carlos A. Roa de la Hacienda Clara en el valle de Santa. El transporte de la colección Roa del valle Santa al valle de Chicama sin que se rompiera nada fue una operación muy importante, dado que la carretera Panamericana no existía aún. Después de dos semanas, todo estaba empacado con sojas en cajas de madera y las pusieron en camiones que fueron conducidos a lo largo de la playa con marea baja. Todos los objetos llegaron en buenas condiciones, pero luego se tuvo que emprender el trabajo de retirar la sal impregnada en la cerámica pues nunca antes se había hecho. Una de las piscinas más grandes en la Hacienda Chiclín fue expropiada por la arqueología. Se sumergieron los recipientes y los dejaron en remojo por un periodo de dos meses, durante el cual 15 jóvenes cambiaban el agua cuando se contaminaba con la sal disuelta. Después de este tratamiento, se podía almacenar o exhibir los recipientes libres de los peligrosos cristales de sal.
Al mismo tiempo que Don Rafael compraba colecciones, también empezó extensas excavaciones y exploraciones en las desoladas estribaciones, valles y las laderas de las montañas del valle de Virú y sus alrededores tales como la Quebrada de Cupisnique. Este trabajo de campo se convirtió en un asunto familiar pues todos mostraban el mismo entusiasmo y amor por el trabajo que se necesitaba para formar la colección del museo. Don Rafael y sus hermanos Constante y Javier, su esposa Isolina, su hija Isabel y su amigo cercano Enrique Jacobs de Trujillo, pasaron un tiempo considerable juntos en el campo. Se registraron muchos datos valiosos sobre la asociación de áreas de sepulcros, información que sería de gran utilidad para los estudiosos si pudiese publicarse. De esta continua actividad, el Museo creció hasta 1966 año en que murió cuando tenía unos 40 000 recipientes de cerámica y miles objetos de metal, textil y madera. En la Hacienda Chiclín, la colección llenaba 17 habitaciones y el excedente era tan grande que se tuvo que construir un techo provisional entre las dos construcciones para proteger del clima a los especímenes en hileras largas.
En 1949, los intereses comerciales de la familia llevaron a Don Rafael de la Costa Norte a Lima. Separarse de su colección le habría significado la interrupción de su investigación arqueológica así como "un duro golpe para mi espíritu" (1964:20). También creyó que las colecciones estarían más al alcance de los estudiosos, científicos y la gente interesada si se encontrara en la capital. Entonces, se tomó la decisión de mudar toda la colección a Lima, construir un nuevo Museo y crear una Fundación que garantizara la permanencia del Museo y el mantenimiento de las colecciones. El nuevo Museo Rafael Larco Herrera no sólo fue construido en el estilo arquitectónico del siglo XVIII sino que incorporaba rejas, puertas, columnas, vigas y cerrojos de la casa solariega de los marqueses de Herrera y Villahermosa en Trujillo. Cuando fue alcalde de Trujillo, Don Rafael había intentado proteger la casa como monumento histórico pues era uno de los mejores ejemplos sobrevivientes de la arquitectura colonial. Más adelante sin embargo, intereses políticos permitieron que se demoliera la casa. Aunque estos pocos artículos dan al Museo en Lima una apariencia colonial, en otros aspectos es moderna. Posee 6 salas de exhibición más un sótano para la exposición de objetos de oro y plata, 11 habitaciones de almacén, 4oficinas que sirven de biblioteca, laboratorio y taller, un jardín, patio, terraza donde se exhiben los objetos más grandes de piedra. En los planes de la época en que Larco murió se incluía la incorporación de una sala de conferencias. Don Rafael estaba particularmente orgulloso del hecho que el museo Rafael Larco Herrera con todas sus colecciones, sus publicaciones, el personal y los edificios habían sido desarrollados de manera privada, sin la ayuda directa o indirecta del gobierno.
El traspaso a Lima sí permitió a Don Rafael continuar con sus estudios arqueológicos y en años recientes comenzó a publicar otra vez luego de un periodo de 12 años (1948 -1960) durante el cual estuvo profundamente envuelto en los intereses comerciales familiares y discapacitado por su débil salud. Fue un miembro activo del Directorio de varias compañías, entre las cuales están Banco Comercial del Perú, Rayon Peruana, Rayon Celanese, Química El Pacífico, Cia. de Seguros El Sol, Cia. de Seguros Pesquera Consa y Amial del Perú. Antes, había fundado el periódico, Diario "La Nación" en Trujillo y luego sucedió a su padre como presidente del Directorio del Diario "La Crónica" en Lima. Todas estas actividades restaron tiempo que podía haber ocupado en la arqueología.
Ray era una persona obstinada y con una personalidad positiva. Detrás de una manera muy majestuosa, él era sorprendentemente generoso. Siempre alegre de ayudar a estudiosos calificados, ponía voluntariamente sus materiales a su disposición. También podía ser igualmente negativo con aquellos que él sentía lo hacían perder el tiempo, motivados por la curiosidad o buscando un favor especial. Como un joven estudiante graduado asistente de William Duncan Strong en el Proyecto del Valle de Virú de 1946, recuerdo agradables domingos en la Hacienda Chiclín cuando Don Rafael favorecía al grupo (que incluía a Strong, Bennett, Willey, Ford, Bird y Collier) con sus ideas sobre la arqueología peruana. En adelante siempre disfrutamos la gran hospitalidad de toda la familia Larco en un suntuoso y delicioso almuerzo. Luego nos retirábamos a estudiar con una oferta de cigarros importados de alta calidad, brandy y algo de chicha añejada hecha en la Hacienda para agradables conversaciones sobre economía, política y problemas de las plantaciones de azúcar. Pero siempre tarde o temprano la conversación cambiaría al tema de la arqueología peruana. Durante estas sesiones siempre me asombró cómo aunque a veces no tenía tiempo para leer el último artículo o monografía sobre arqueología en su excelente biblioteca, Larco mostraba un profundo conocimiento de los diez mil objetos en el museo. Tenía tal memoria fotográfica de las colecciones y de los detalles etnográficos mostrados en algunas cerámicas que podía a menudo establecer un argumento al traer un espécimen que le probara tener la razón.
El profundo conocimiento de cientos de objetos en las colecciones del Museo se veía reflejada en las sorprendentes contribuciones a la mitología y estructura sociopolítica Mochica, basadas en escenas de las vasijas pintadas y moldeadas; su análisis de las modificaciones de las formas de los vertederos de las vasijas Mochica, que permitió establecer subdivisiones en subperiodos; y los detallados estudios de cerámica erótica precolombina para mencionar sólo unas cuantas publicaciones. Siempre llevó a cabo cada proyecto con intensidad y rigurosidad documentando un argumento con una gran cantidad de especímenes. Su mayor fracaso profesional fue no poder documentar completamente la base para sus conclusiones, en parte debido a las múltiples obligaciones que demandaban su tiempo. Sus últimos libros fueron producidos bajo gran presión y apuro. Poco tiempo antes de su muerte de un ataque al corazón en Lima el 23 de Octubre de 1966, estaba trabajando en una nueva monografía bien ilustrada sobre keros de madera, basada en lo que probablemente es la colección de keros más grande reunida en un museo.
Mediante su dinamismo y determinación para no dejar nada obstruir su camino, Don Rafael Larco Hoyle no sólo manejó bien las propiedades familiares sino que avanzó la arqueología en el norte de la costa peruana, en un época cuando se conocía poco del desarrollo secuencial de las culturas precolombinas de esa región. Sus clásicas contribuciones al periodo formativo han resistido la prueba del tiempo. Dirigió y organizó tan bien la Conferencia de Chiclín sobre arqueología del Norte del Perú en 1946 al terminar el Proyecto del Valle de Virú, que es lamentable que otras conferencias como ésta no se hayan podido organizar para facilitar el intercambio de ideas. Trágicamente su débil salud en la última década, su ocupación con los negocios familiares y su limitado tiempo para la arqueología lo aislaron de la comunidad científica peruana a la cual contribuyó tanto. Sin embargo, sus publicaciones, las colecciones del museo Rafael Larco Herrera y su perpetuación para administrar y dirigir el museo han asegurado a Rafael Larco Hoyle el lugar como el cuarto gran pionero de la arqueología peruana.
Carlos Martínez de Pinillos Coello
Aviador peruano, nacido en Trujillo el 4 de enero de 1895; estudió para técnico mecánico - electricista en Lima en la Escuela de Artes y Oficios. En 1919 estableció el Liberty Garage Co., que rápidamente se convirtió en el mejor taller de la ciudad de Trujillo. El 21 de setiembre de 1920 pasó por la ciudad el aviador peruano Herbert Tweddle que realizaba la primera gira por el norte del Perú en un Curtiss Standard y como era lo lógico, contrató a Pinillos para el mantenimiento del avión y luego lo llevó con él durante el resto del viaje; esto significó el inicio de la carrera de aviador de Pinillos y su viaje a Lima para estudiar en la Escuela de Aviación Civil de Bellavista (cabe señalar que Pinillos había perdido la visión por el ojo izquierdo debido a un accidente de trabajo hacía cinco años) donde efectuó su "solo" el 24 de agosto de 1921 y recibió su brevete de piloto-aviador el 1º de octubre del mismo año.
Por algunos años realizó vuelos comerciales con la compañía Pinillos Aéreo Co. viajando a lo largo de todo el país, transportando pasajeros y haciendo vuelos de demostración en ciudades donde nunca habían visto un avión. En 1927 empezó el proyecto de un vuelo internacional, que después de varias rutas se decidió por dar la vuelta a Sudamérica, reuniendo un comité pro-vuelo para reunir los fondos y viajando a Nueva York para la búsqueda del avión apropiado.
El aparato escogido fue un Bellanca CH-300 Pacemaker, monoplano de ala alta equipado con un motor Wright J-5 de 220 HP que le permitía alcanzar una velocidad de crucero de 150 Km/h y una máxima de 185. Tenía tres tanques de combustible con capacidad para 345 galones de gasolina que le permitía una autonomía de vuelo de 25 horas (aproximadamente 3,800 Km) y una válvula de descarga rápida para casos de emergencia; Pinillos pidió que reforzaran el tren de aterrizaje para cargas pesadas e incluyó frenos en las ruedas y equipo completo de luces para vuelo nocturno. El avión fue bautizado "Perú", el fuselage estaba pintado verde oscuro y las alas amarillo anaranjado.
Como navegante escogió al teniente 1º de la Armada Carlos Zegarra Lanfranco (curiosamente Zegarra era tuerto del ojo derecho). Tras superar un gran número de dificultades todo estuvo listo para iniciar el vuelo en la mañana del 11 de diciembre de 1928.
La primera etapa fue: Lima – Ilo; Ilo – Santiago; Santiago - Buenos Aires; Buenos Aires – Montevideo; Montevideo – Rio de Janeiro; Rio de Janeiro – Bahia; Bahia – Natal; Natal – Sao Luis; Sao Luis – Belem do Pará.
En la ciudad de Belem do Pará no existía aeropuerto y el aterrizaje se efectuó en un campo improvisado en la playa "Chapeu Virado" en la isla de Mosqueiro y esto significó un entrampamiento para el viaje, puesto que no tenían permiso oficial para el vuelo sobre la Guayana Francesa y no había una pista suficientemente larga para despegar con la cantidad de combustible necesario para llegar hasta Venezuela. Para empeorar las cosas, una crecida del río Amazonas redujo aun más el espacio disponible. Como resultado de esto, Pinillos y Zegarra iniciaron el retorno a la Patria por vía fluvial después de desarmar el "Perú" y despacharlo por barco hacia Nueva York.
Después de solucionar todos los inconvenientes, que incluyeron la asimilación de Pinillos como capitán al Cuerpo de Reserva de Aviación, se embarcaron para Willmington, Delaware y recogieron el "Perú" de la fábrica Bellanca donde le habían hecho una revisión general. Tras las pruebas respectivas, iniciaron la segunda parte del vuelo.
La segunda etapa: Nueva York – Wasington DC; Washington – Richmond; Richmond – Montgomery; Montgomery – Nueva Orleans; Nueva Orleans – Mexico DF; Mexico DF – Oaxaca; Oaxaca – San Jerónimo; San Jerónimo – Escuintla; Escuintla – Guatemala; Guatemala – San Salvador; San Salvados – Managua; Managua – San José; San José – Panamá;Panamá – Guayaquil; Guayaquil – Lima.
El recibimiento de los aviadores al final del viaje fue grandioso, siendo llevados en hombros por la multitud y colmados de condecoraciones, premios y felicitaciones. El fuselage del avión tenía pintados, como recuerdo, los escudos de todos los países visitados durante el viaje.
Nota: La narración completa del Raíd de Carlos Martínez de Pinillos, en este mismo blog, publicada el mes de octubre de 2010, titulado, “El vuelo del Cóndor”.
Cesar Abrahan Vallejo Mendoza
César Vallejo nace en Santiago de Chuco, departamento de La Libertad, Perú, un 16 de marzo de 1892 y fallece en París, el 15 de abril de 1938, poeta y escritor peruano considerado entre los más grandes innovadores de la poesía del siglo XX.
Fue, en opinión del crítico Thomas Merton, "el más grande poeta universal después de Dante", palabras que no añaden nada al enorme legado del poeta del "dolor humano", quien revolucionó la forma y el fondo de sentir y escribir poéticamente.
En Trujillo se asoció con la llamada “bohemia trujillana”, círculo de intelectuales que más tarde sería conocido como el Grupo Norte. Este núcleo estuvo conformado por Antenor Orrego, José Eulogio Garrido, Alcides Spelucín, Víctor Raúl Haya de la Torre, Juan Espejo Asturrizaga, entre otros.
En la capital Vallejo se vinculó con escritores e intelectuales como Abraham Valdelomar y su grupo Colónida, José Carlos Mariátegui, Luis Alberto Sánchez, Manuel González Prada, José María Eguren y Juan Parra del Riego.
Fue en Lima donde publicó sus dos primeros poemarios: Los heraldos negros (1918), que reúne poesías que si bien en el aspecto formal son todavía de filiación modernista, constituyen a la vez el comienzo de la búsqueda de una diferenciación expresiva; y Trilce (1922), obra que significa ya la creación de un lenguaje poético muy personal, coincidiendo con la irrupción del vanguardismo a nivel mundial. En 1923dio a la prensa su primera obra narrativa: Escalas melografiadas, colección de estampas y relatos, algunos ya vanguardistas.
Ese mismo año partió hacia Europa, para no volver más a su patria. Hasta su muerte residió mayormente en París, con algunas breves estancias en Madrid y en otras ciudades europeas en las que estuvo de paso. Vivió del periodismo complementado con trabajos de traducción y docencia. En esta última etapa de su vida no publicó libros de poesía, aunque escribió una serie de poemas que serían publicados póstumamente. Publicó en cambio, libros en prosa: la novela proletaria o indigenista El tungsteno (Madrid, 1931) y el libro de crónicas Rusia en 1931 (Madrid, 1931). Por entonces escribió también su más famoso cuento, "Paco Yunque", que fue publicado años después de su muerte. Sus poemas póstumos fueron agrupados en dos poemarios: Poemas humanos y España, aparta de mí este cáliz, publicados en 1939 gracias al empeño de su viuda, Georgette Vallejo. La poesía reunida en estos últimos poemarios es de corte social, con esporádicos temas de posición ideológica y profundamente humanos. Para muchos críticos, los “poemas humanos” constituyen lo mejor de su producción poética, que lo han hecho merecedor del calificativo de “poeta universal”.
Alfredo Pinillos Goicochea
Nace en la Ciudad de Trujillo, el 11 de mayo de 1896. Hijo de D. Alfredo Pinillos Hoyle y Da. Elisa Goicochea Pol. Casado con Da. Elvira Hoyle Vásquez, padres de Alfredo Pinillos Hoyle. Don Alfredo fallece el 10 de octubre de 1950.
Alvaro Pinillos Goicochea
Nace en la Ciudad de Trujillo, el 7 de agosto de 1898. Hijo de D. Alfredo Pinillos Hoyle y Da. Elisa Goicochea Pol. Casado con Da. Carola Hoyle Quiñonez. Padres de Sergio, Pedro y Armando Pinillos. D. Alvaro fallece el 18 de abril de 1958.
Victor Helí Pinillos Goicochea
Nace en la Ciudad de Trujillo, el 10 de enero de 1907. Hijo de D. Alfredo Pinillos Hoyle y Da. Elisa Goicochea Pol. Casado con Da. Carmela Monteverde Lisarzaburu. Padres de Carmela, Victoria, María Eugenia, María Antonieta y Victor Pinillos Monteverde. D. Victor fallece el 12 de febrero de 1968.
Máximo Pinillos Goicochea
Nace en la Ciudad de Trujillo, el 14 de agosto de 1909. Hijo de D. Alfredo Pinillos Hoyle y Da. Elisa Goicochea Pol. Casado con Olga Rebagliati Meyer. Padres de María Emma, María Olga, Rosa María, Rosario,María Teresa, y Máximo Alfredo Edgardo Pinillos Rebagliati. D. Máximo fallece el 7 de agosto de 1973.
Macedonio de la Torre Collard
Macedonio de la Torre Collard (1893 - 1981) fue un pintor peruano. Artista versátil, fogoso y original, se educó en Europa en la década de 1920 y llevó al Perú la modernidad pictórica, representada por el vanguardismo fauve y el abstraccionismo (1930).
Hijo de Roque Agustín de la Torre y Cárdenas, y de Adelaida Collard Mendoza, nació el 27 de enero de 1893 en la hacienda Chuquisongo, distrito de Usquil, provincia de Otuzco, departamento de La Libertad. Hizo sus primeros estudios en el Colegio Alemán-Inglés de Trujillo y en el Seminario de San Carlos y San Marcelo de la misma ciudad, dirigido por los hnos. lazaristas franceses. Recibió una educación muy esmerada y orientada al cultivo de los valores espirituales. La educación secundaria la continuó en el mismo Seminario y la concluyó en el Colegio Nacional San Juan de Trujillo.
Pasó luego a la Universidad Nacional de Trujillo (1912), y después a la Universidad de San Marcos de Lima (1913-1914), asimilando una vasta cultura que le permitió una bien formada sensibilidad y una profunda comprensión de los valores estéticos. Durante las vacaciones de verano regresaba a Trujillo; en esos años frecuentó también la famosa bohemia trujillana, conocida luego como el Grupo Norte que reunía a lo mejor de la intelectualidad radicada en Trujillo, entre quienes figuraban su primo Víctor Raúl Haya de la Torre, Antenor Orrego, Alcides Spelucín, José Eulogio Garrido, César Vallejo y Juan Espejo Asturrizaga.
A la sazón era un hábil violinista que se hacía aplaudir en las veladas juveniles; y aunque cultivaba también la pintura y el dibujo, su vocación no había tomado una orientación definitiva. Para encontrarse a sí mismo, emprendió un aventurado viaje a pie hacia la Argentina, a través de Bolivia. Llegó a Buenos Aires en 1915, y para sobrevivir ejerció diversos oficios; frecuentó también el grupo de artistas del barrio porteño de La Boca, encabezado por Benito Quinquela Martín y Orlando Stagnano. Se definió entonces su vocación por la pintura, y de vuelta al Perú, efectuó en Arica su primera exposición pictórica individual (1917). De retorno en Trujillo, se reencontró con sus amigos del “Grupo Norte”, que ya iba desarticulándose. Al respecto se recuerda que el 10 de junio de 1917, en una recepción que efectuó en su casa para mostrar sus esculturas a sus amigos, el poeta César Vallejo leyó por primera vez su poema “Los heraldos negros”.
En 1921 contrajo matrimonio con Adriana Romero Lozada Bello. Luego de tres años de reposada vida de hogar, emprendió viaje a Europa, beneficiado con una modesta beca otorgada por el gobierno del presidente Augusto B. Leguía. Inició entonces una nueva etapa en su vida artística. Pasó largas temporadas en Alemania (1924-1925) donde realizó estudios de pintura y escultura bajo la dirección del profesor Henner; luego en Italia y especialmente la costa de Liguria (1925-1926), Bélgica (1926-1927) y París (1927-1931), con un breve paréntesis de retornó al Perú (1927). Esos años europeos le pusieron en contacto directo con las obras de los grandes maestros del impresionismo.
En París concurrió a las clases que Antoine Bourdelle regentaba en la Academia de la Grande Cháumiere. Presentó muestras de sus obras en el Salón de Otoño (1928) y el Salón de los Independientes (1929). Allí también se reencontró con algunos de sus amigos de la bohemia trujillana, entre ellos Haya de la Torre y Vallejo.
César Vallejo, que trabajaba entonces como periodista, comentó por entonces en una colaboración que envió a la revista Mundial de Lima, que “Macedonio de la Torre –con solo haber enviado este año por esfuerzo de sus amigos, un cuadro al salón de otoño– ha suscitado en la alta crítica francesa debates dignos de un renovador de la pintura. La crítica de París no le ha elogiado como se elogia a cualquiera, sino que le ha elogiado discutiéndolo, que es el verdadero modo de elogiar a un creador.” (Mayo de 1929).
En 1930 Macedonio retornó a Lima con su familia, para radicar definitivamente en su patria. Realizó la primera exhibición de pintura vanguardista (paisajes urbanos y rurales del viejo continente) siendo éste un acontecimiento insólito en la capital peruana. No logró imponerse al indigenismo, entonces muy en boga entre los pintores peruanos, hasta que el pintor Ricardo Grau (quien, al igual que Macedonio, retornó al Perú en 1938 después de una larga estancia europea) replanteó dicha situación a favor de la difusión de la modernidad pictórica.
Las posteriores exposiciones de Macedonio fueron tan numerosas que sólo en Nueva York efectuó más de diez (1959 – 1960). Esta breve estancia en la ciudad de los rascacielos fue, en esta última fase de su vida, el único paréntesis breve fuera de su patria.
Hasta su fallecimiento, Macedonio no cesó de pintar. El taller que ocupó desde la década del 1950, el sétimo piso del edificio “California”, en la calle de Mogollón –segunda cuadra del jirón Moquegua–, en el centro de Lima, se transformó en un lugar de encuentro obligado con el artista. Falleció el 13 de mayo de 1981, a la avanzada edad de 88 años
Wenceslao Rosell Urquiaga
D. Wenceslao, nace en Trujillo el 20 de julio de 1891, hijo de D. Pedro Domingo Rosell y Borgoño y Da. Manuela Alejandrina de Urquiaga y Calonge. Don Wenceslao ha sido un peruano que dejó huella. Eximio caballista, fue discípulo de Ruy da Camara (famoso rejoneador portugués y maestro de equitación en Alta Escuela). Siendo presidente del Club Hípico Peruano el Sr. Alfonso J. Alvarez Calderon, se le encargo al Sr. Rosell, socio fundador de dicha institución y varios periodos su presidente, organizar el primer concurso del Caballo Peruano de Paso, el que se efectuó al año siguiente de su autorización por Resolución Suprema del 1º de Julio, y Ministerial del 5 y 9 de Agosto de 1944.
Desde el año 1938, el Sr. Wenceslao Rosell Urquiaga inicio las gestiones para la realización del Concurso Oficial del Caballo Peruano de Paso, lo que está plenamente documentado en el Club Hípico Peruano, tanto en los libros de Actas como en los calendarios de actividades. Hasta el año 1944, ningún presidente ni las juntas directivas creían en el éxito de estos concursos, hasta la presidencia en ese año del Dr. Alfonso Alvarez Calderon, distinguido aficionado, él que también tenía sus dudas pero fue convencido por el Sr. Rosell.
A mediados de ese año la directiva del Club Hípico consigue una entrevista con el entonces Presidente de la República, Dr. Manuel Prado Ugarteche, a fin de solicitar la oficialización del Concurso. El Presidente también tiene sus dudas del posible éxito del concurso y pregunta: ¡Quien responde por el concurso! el Doctor Alvarez Calderon pone una mano sobre el hombro del Sr. Rosell y contesta al Presidente Prado: Aquí está el pilar.
La Junta Directiva del Club Hípico del Perú en su sesión del 23 de Agosto de 1944 nombro una comisión presidida por el Sr. Wenceslao Rosell Urquiaga y por los vocales Srs. José Antonio de Lavalle, Antonio Graña Elizalde, Santiago Acuña Rey, Javier Larco Hoyle, José Antonio Delgado Vivanco y Aurelio Málaga Alba, actuando como secretario el Sr. Carlos Taboada.
La comisión tuvo la siguiente misión:
Primero: Organizar y llevar el Stud Book del caballo de paso nacional.
Segundo: Formular el patrón ó estándar del citado caballo, que sirva de norma para su selección y clasificación en los concursos y exposiciones oficiales.
Tercero: Formular el reglamento de exposiciones y concursos oficiales de caballos peruanos de paso.
Cuarto: Organizar por lo menos una vez al año un concurso y exposición oficial del caballo peruano de paso.
Quinto: Organizar la asociación de criadores del caballo peruano de paso.
El Sr. Rosell organizó las bases del concurso, tanto en piso como en enfrenadura, y presidía simultáneamente a los miembros del jurado calificador. El primer concurso tuvo como jurado al Sr. Wenceslao Rosell Urquiaga, como asistente el Sr. Antonio Graña Elizalde y como médico veterinario el Dr. Aurelio Málaga Alba. El concurso fue un rotuno éxito saliendo Campeones: Campeón del año Macho, el caballo Oro Viejo de propiedad de los hermanos Larco Herrera, Campeón del año Hembra, la yegua Mariposa de propiedad del Sr. Santiago Acuña, y Campeón del año Capón el caballo Nº 7 de propiedad de la Empresa Agrícola Chicama.
Victor Raúl Haya de la Torre
Victor Raúl, nace en Trujillo, un 22 de febrero de 1895 y fallece en Lima, el 2 de agosto de 1979. Fue un pensador y político peruano. Fundador y líder histórico de la Alianza Popular Revolucionaria Americana, que llegará a ser el Partido Aprista Peruano, el más longevo y el de mayor consistencia orgánica de la política del Perú. Es reconocido como uno de los más importantes ideólogos políticos de Latinoamérica y figura clave, junto a José Carlos Mariátegui, para la formación de los partidos políticos de masas en el Perú.
Víctor Raúl Haya de la Torre, fue hijo de los también trujillanos Zoila Victoria de la Torre y de Cárdenas, y Raúl Edmundo Haya y de Cárdenas, que eran además primos. Se conmemora su nacimiento como el Día de la Fraternidad.
Haya ingresó a la Facultad de Letras de la Universidad Nacional de Trujillo, donde se hizo buen amigo del destacado poeta César Vallejo en el curso de literatura; ambos, junto con otros estudiantes y bajo la conducción de Antenor Orrego y José Eulogio Garrido, integraron la llamada "bohemia trujillana", grupo intelectual que después fue bautizado como el Grupo Norte. Posteriormente, prosiguió sus estudios en la Universidad Mayor de San Marcos de Lima. En 1917 conoció al político y literato Manuel González Prada y se convirtió en asiduo visitante de su casa, desarrollando inquietudes políticas derivadas del radicalismo de dicho intelectual. En 1918 fue uno de los que cargó su ataúd.
En enero de 1919 participó en la lucha por el establecimiento de las ocho horas de trabajo; y, en octubre de ese año, fue elegido presidente de la Federación de Estudiantes del Perú, apoyando la asunción al poder de Augusto B. Leguía; sin embargo, más tarde emprendió numerosas protestas contra el gobierno. Estuvo vinculado con todos los sectores de la sociedad. Encabezó movimientos a favor de la reforma universitaria en el Perú y las organizaciones obreras. Participó en el primer Congreso Nacional de Estudiantes, realizado en el Cusco (marzo de 1920), donde se aprobó el proyecto de creación de las “universidades populares”, que en 1922 tomaron cuerpo con el nombre de “González Prada”.
Una de los más significativas protestas que encabezó entonces fue la campaña de oposición a la proyectada consagración oficial del país al Corazón de Jesús; durante la protesta callejera murieron un estudiante y un obrero (23 de mayo de 1923), lo que se convirtió en símbolo de la unidad obrero-estudiantil. La ceremonia de consagración fue suspendida por el arzobispo de Lima Emilio Lisson. Luego, Haya editó la revista radical obrero-estudiantil Claridad, en colaboración con José Carlos Mariátegui, como “órgano de la juventud libre del Perú” y de las universidades populares. En octubre de 1923, cuando era profesor del colegio limeño Anglo-Peruano (hoy Colegio San Andrés) fue apresado y recluido en el penal de El Frontón, donde se declara en huelga de hambre; a seis días de la huelga es deportado a Panamá.
Haya de la Torre, se traslada desde Panamá a México, donde tiene cercano contacto con la Revolución mexicana y con Diego Rivera. Es en Ciudad de México donde, el 7 de mayo de 1924, funda la Alianza Popular Revolucionaria Americana. Como se deduce de su nombre, la opción política inicial de Haya de la Torre buscaba consolidarse en un proyecto para toda la llamada Indoamérica. Ese mismo año, viaja a Rusia invitado por el ministro de Educación, donde se ve en contacto con la Revolución rusa. Desde México, fue también a Costa Rica y Alemania.
Se dedicó íntegramente a formar un gran movimiento que pudiera representar a las masas excluidas de la "América India". Inicialmente, la Alianza tiene comités en Buenos Aires, Ciudad de México y La Paz. El Apra nació como una fuerza eminentemente anti oligárquica y antiimperialista. Estuvo tempranamente ligado al marxismo pero discrepaba claramente de José Carlos Mariátegui al plantear el diálogo con el imperialismo capitalista. La ruptura entre ambos políticos es definitiva en 1928, cuando Mariátegui funda el Partido Socialista Peruano.
Luego de haber vivido en el exilio como consecuencia de su lucha en contra del Oncenio de Leguía, Haya de la Torre volvió al Perú. Llegó primero a Talara, fue recibido en su ciudad natal y finalmente ingresó a Lima. Fue postulado como candidato presidencial en las elecciones generales de 1931 por el entonces joven Partido Nacionalista Libertador que cambió de nombre a Partido Aprista Peruano. La campaña aprista introdujo medios nunca antes vistos en las elecciones en el Perú: pintas callejeras en todas las ciudades del país; candidatos llamados por sus nombres, "Víctor Raúl", "Luis Alberto", etcétera; inclusión de los no votantes, JAP (Juventud Aprista), CHAP(Chicos Apristas); himno propio, que sobreponía la letra a la música de la Marsellesa francesa, la Marsellesa aprista; una bandera para el partido que identificara a los partidarios; partidarios llamados hermanadoramente "compañeros" alzando pañuelos blancos, y el famoso "seasap" ("Sólo el APRA salvará al Perú"). Se inició dentro del partido una especie de culto a la figura de Haya, que era a la vez "Víctor Raúl", "el jefe", "el guía" y "el maestro".
Según el Tribunal Electoral que dirigió esta elección, Víctor Raúl ocupó el segundo lugar por detrás de Luis Miguel Sánchez Cerro (Unión Revolucionaria); sin embargo, Haya de la Torre y el APRA nunca reconocieron los resultados oficiales ni al nuevo gobierno. El gobierno de Sánchez Cerro se mostró autoritario y represivo. Haya de la Torre fue apresado. Las protestas populares aumentaron por todo el país, Gustavo Jiménez se declaró presidente en Cajamarca. En la ciudad de Trujillo se produjo un fallido levantamiento armado aprista que desencadenó en enfrentamientos entre el pueblo y la fuerza armada. La insurrección fue duramente reprimida, cientos de apristas detenidos y un número indeterminado fue fusilado en las ruinas peruanas de Chan Chan (en las afueras de Trujillo). La llamada "revolución de Trujillo", como la conocen los apristas, fue paralela a otros movimientos revolucionarios en diversos puntos del país. La Constitución de 1933 proscribía a todo partido internacional. Basándose en esto e invocando que la nación se encontraba en peligro, el gobierno declara ilegal al Partido Aprista en 1932. Sin embargo, el Presidente fue asesinado con varios disparos a quemarropa el 30 de abril de 1933 en el Campo de Marte de Lima, aparentemente por el aprista Alejandro Mendoza Leyva.
En las elecciones de 1936, el entonces clandestino APRA apoyó a Luis Antonio Eguiguren quien resultó electo; sin embargo, el Congreso invalidó la elección por el apoyo aprista -que en realidad no podía ser comprobado-. Es en 1945 cuando el APRA vuelve a la legalidad al participar en la coalición del Frente Democrático Nacional de Haya de la Torre, Óscar R. Benavides y José Luis Bustamante y Rivero, encabezada por este último quien se convirtió en Presidente Constitucional de la República. Gracias a la mayoría, Haya y el APRA controlaban la bancada del Frente y el Legislativo en su conjunto; desde allí, lograron aprobar diversas medidas justas para el pueblo peruano pero también entorpecieron el reformismo del gobierno. Hicieron vigorosa presión para lograr sus objetivos, provocando la desestabilización del régimen y una etapa de desgobierno y anarquía que puso en jaque al régimen. Ante esto, la bancada oficialista no aprista inasistió al Legislativo provocando su receso. Se produjeron levantamientos en todo el país, incluyendo el aprista realizado en el Callao. Bustamante se vio obligado a gobernar mediante decretos leyes y a proscribir nuevamente al APRA. Finalmente, todo esto desembocó en el golpe de Manuel A. Odría, digitado por el poder económico, y la represión subyacente. Haya de la Torre fue perseguido y Bustamante, deportado. Haya se refugió en la embajada de Colombia en Lima en la que estuvo cinco años asilado puesto que la dictadura odriísta se negaba a otorgar el salvoconducto para que saliera del país.
En 1954, Haya es autorizado a salir del Perú gracias a la presión internacional -era amigo de diversos personajes, como Albert Einstein-, y publica un artículo en la revista Life donde empieza a esbozar el "antiimperialismo democrático sin imperio". Es en ese momento, según algunos analistas, que el Apra abandona sus banderas primigenias y tiene un viraje conservador. Recién en 1956, los tres principales candidatos presidenciales aseguraban la vuelta a la legalidad de su partido; en virtud de este ofrecimiento, Haya de la Torre apoyó inicialmente a Hernando de Lavalle y más tarde al vencedor Manuel Prado y Ugarteche, símbolo del poder económico. Fue cuando el país vivió una megacoalición que sustentó al gobierno pradista: el mismo Manuel Prado y Ugarteche, Víctor Raúl Haya de la Torre, Manuel A. Odría, Pedro G. Beltrán, Eudocio Ravines y Julio de la Piedra. Fue, pues, "un régimen al cual ha sostenido con probada lealtad y decisión el Partido Aprista Peruano" (Haya, 1962). Con ello, Haya y su partido -en sus inicios claramente antioligárquicos- sustentaron así, un régimen claramente oligárquico, probablemente con la esperanza de llegar al poder por vía legal y ya en ejercicio de este, hacer las reformas convenientes. Años más tarde, consultado por Julio Cotler sobre el asunto, Haya respondió que "había juzgado mal la situación y que pensó que la oligarquía tenía más fuerza de la que realmente tenía".
En las elecciones generales de 1962 se lanzó por segunda vez como candidato presidencial, esta vez por la "Alianza Democrática", que agrupaba al Partido Aprista -el viejo partido de izquierda- con el Movimiento Democrático Pradista -que representaba a los mayores sectores del poder económico. Haya obtuvo 558,237 votos frente a los 534,824 de Fernando Belaúnde Terry (Acción Popular) y a los 48,404 del ex presidente Manuel Odría (Unión Nacional Odriísta); sin embargo, el proceso ha sido tildado de oscuro y cuestionable. Como no obtuvo el porcentaje necesario para ser proclamado presidente, la elección iba a ser decidida por el Congreso a instalarse el 28 de julio, tal y como lo establecía la Constitución de 1933.
Aparentemente, las Fuerzas Armadas del Perú temían que Haya llegara al poder y acudieron a Palacio para informar de su contrariedad; informado de esto por el presidente Prado, Haya habría tratado de efectuar una alianza con Fernando Belaúnde pero llegaron a un puerto muerto, con lo que sólo pudo consolidar una con Manuel A. Odría por la que cedería los votos apristas al odrísmo. Las Fuerzas Armadas denunciaron fraude en diez departamentos y se pronunciaron también en contra del virtual presidente Odría (y no contra Haya, según posición del historiador Percy Cayo Córdoba). Finalmente, el 18 de julio se produjo el primer golpe institucional de las FF.AA., encabezado por el Gral. Ricardo Pérez Godoy, que derroca el gobierno de Manuel Prado y Ugarteche, declara nulas las elecciones e instala una junta militar de gobierno. El golpe fue respaldado por Acción Popular y tardíamente por el APRA. Ya en las elecciones generales de 1963, ganó Fernando Belaúnde Terry con 39% frente al 34% de Haya.
Durante los años del gobierno de Belaúnde, Haya y su partido se mantuvieron en la oposición junto a Manuel Odría, formando la coalición APRA-UNO, la que por su número controlaba el Legislativo y se oponía fuertemente al reformismo belaundita. Se opusieron a las medidas propuestas por el gobierno, provocando que la primera ley reforma agraria tuviese un alcance mínimo: el Parlamento declaró inafectables las explotaciones 'eficientes' y dedicadas a los cultivos de exportación, decidió que las afectaciones en las áreas atrasadas fueran supervisadas por una oficina del Legislativo y recortó sistemáticamente los recursos destinados a los bonos gubernamentales de pago por las expropiaciones; la primera Reforma Agraria sólo expropió el 3% de las tierras expropiables y benefició sólo a 13 500 familias. Asimismo, el Congreso Nacional de mayoría APRO-odriísta, censuró seis gabinetes y casi cien ministros del gobierno de Fernando Belaunde.
Tras la llegada del gobierno militar de Juan Velasco Alvarado, los partidos políticos -entre ellos el APRA- son proscritos y perseguidas sus bases populares. No obstante, en 1970, en el Día de la Fraternidad, reclamó la paternidad intelectual de las reformas que realizaban los militares, protestando porque estos no reconocían la deuda intelectual que le tenían: "Debemos estar insatisfechos porque no es manera, aceleradamente y furtivamente, de llevar esas ideas adelante y de esconderlas, sobre todo ocultando su origen y procedencia".
Haya de la Torre encabezó la presión popular ejercida contra el gobierno de Francisco Morales Bermúdez para que los militares volvieran a sus cuarteles y se restituyera la democracia. Una Asamblea Constituyente había sido anunciada el 28 de julio de 1976 pero las elecciones recién se realizan en 1978. El Partido Aprista tuvo la primera mayoría, seguido del Partido Popular Cristiano. Haya de la Torre fue elegido con la más alta votación como diputado constituyente y fue designado unánimemente para ejercer la presidencia de la Asamblea Constituyente. En un acto simbólico, su sueldo por el ejercicio del cargo fue de solo 1 sol de oro. El mismo día de la instalación de la asamblea, Haya de la Torre marcó su clara independencia con respecto al régimen militar:
En 1979 Víctor Raúl Haya de la Torre firmó la Constitución de 1979 poco antes de su deceso.
Victor Raúl Haya de la Torre murió el 2 de agosto de 1979 en la ciudad de Lima. En sus funerales, estuvieron presentes varios líderes del partido, entre ellos Luis Alberto Sánchez, Ramiro Prialé, Andrés Townsend, Javier Valle Riestra y Armando Villanueva, así como una amplia multitud. Fue enterrado en el Cementerio General de Miraflores de la ciudad de Trujillo. Su ataúd reposa debajo de una gran roca con la frase "Aquí yace la luz".
Rómulo Airaldi
Fortunato Barua
Máximo Berendsohn
Bruno E. Bueno
Augusto Cabada
Bernardino Calonge
Enrique Cox Doray
José A. Delfín
Oscar Elejalde
Agustín G. Ganoza
Fernando L. Ganoza
Juan J. Ganoza Vargas
Luis Ganoza Vargas
Manuel R. Ganoza Vargas
Guillermo Ganoza Vargas
Eduardo Ganoza de la Torre
Fortunato Ganoza de la Torre
Jesús García y García
José A. García y García
Hector García y Lastres
Alfredo Gildemeister
Carlos Gildemeister
Roberto Gordon
Eduardo Gottfried
Francisco F. Jimeno
Gerónimo Larco Herrera
Rafael Larco Herrera
Carlos S. Llontop Ballesteros
Carlos A. Mannucci
Carlos M. Orbegoso
Jaime de Orbegoso
Teodoro G. Otoya
José J. F. Oltone
José Mariano Saa
Arturo Wiebe
Francisco Wiebe
Estos son algunos de los personajes que hicieron historia y contribuyeron con el desarrollo de Trujillo en el área que les toco vivir, sea el comercio, la industria, la agricultura, las artes, la política, etc. Si bien es cierto no todos nacieron en Trujillo como es el caso de los hermanos Martínez de Pinillos que llegaron de España hacia 1774, John Hoyle procedente de Inglaterra en el año 1825, Marcial Acharan, de Chile o Gildemeister y Albrecht de Alemania, etc., todos sin excepción legaron al departamento de la Libertad y al Perú, su conocimiento y experiencia dejando obras tangibles.
Sin lugar a dudas un sin número de personajes ilustres, trujillanos de gran valor, no están mencionados en esta breve reseña, por tal motivo convocamos y agradecemos a todo aquel que pueda hacernos llegar información, bibliografias, fotografías, etc., de personas vinculadas al desarrollo historico y cultural de nuestro departamento, a fin de ser mencionados en esta página, y figuren en este Blog dedicado a Trujillo y su gente.
Publicado por: Guillermo E. Pinillos Ll.
Muy cierto. Trujillo ha tenido muchos personajes de gran valor. En la historia reciente, entre ellos: Don Pedro Grijalba.
ResponderEliminarexcelente trabajo me gustaria sabes del general Ramon Lopez Lavalle general de brigada heroe con chile y prefecto o alcalde su hermano estubo en la bisepresidencia de la republica
ResponderEliminarAhora tengo el dato completo de que la Sra. María del Carmen Cortés Cartavio de León y Roldan Dávila era nieta del Sr. Domingo de Cartavio Lantia quien viniendo de España y asentándose en el Perú pro el siglo XVII (1600) se casó y se hizo dueño de una hacienda que llevó su nombre "Cartavio" que hoy en día sufre su gente trabajadora por la manera de cómo reciben sus salarios, sus permisos, vacaciones, etc. Sin embargo yo siendo neto de este pueblo demuestro que tenemos una rica historia que nuestros empresarios del Grupo Gloria debe respetar.
ResponderEliminarGracias por la información de nuestro Trujillo y las personas que hicieron posible sea una gran ciudad.
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